Moscú. El fondo de inversión Rosemont Seneca, creado en 2009 por Hunter Biden, el hijo menor del presidente de Estados Unidos Joe Biden, participó en el financiamiento del programa biológico militar del Pentágono en Ucrania, declaró ayer el teniente general ruso Igor Kirilov, jefe de las Fuerzas de Defensa Radiológica.
Más aún, el Ministerio de Defensa tiene pruebas de que Washington trabaja en armas de destrucción masiva en territorio ucranio, sostuvo el militar.
Rosemont Seneca cuenta con recursos por al menos 2 mil 400 millones de dólares y “está estrechamente vinculado con los principales contratistas del departamento militar estadunidense, entre ellos Metabiota, la cual, junto con Black and Veach, es el principal proveedor de equipos para los laboratorios biológicos del Pentágono en todo el mundo”, señaló Kirilov.
En la página web de Rosemont Seneca no se aclara qué participación tiene actualmente Hunter Biden en ese fondo.
Alerta de riesgo mundial con el traslado de biomateriales
Comentó que el traslado de biomateriales patógenos desde Ucrania a los países europeos podría causar un foco epidémico de escala comparable a la pandemia de covid-19.
El oficial citó por ejemplo que el Pentágono ha trabajado con agentes de ántrax entre 2005 y 2015, y que desde el campo de pruebas Dugway se enviaron esporas viables de ese patógeno a 194 destinatarios en 10 países.
Agregó que el Ministerio de Defensa ruso descubrió el patrón del envío de biomateriales de Ucrania al extranjero.
“El financiamiento de las actividades militares y biológicas permitió a Estados Unidos y a sus aliados llevar al menos 16 mil pruebas biológicas fuera de Kiev”, aseguró.
Los montos financieros involucrados, sólo entre 2018 y 2020, indicó, suman unos 32 millones de dólares, y subrayó que documentos hallados por militares rusos testimonian que Estados Unidos, su personal y sus contratistas están exentos de impuestos en Ucrania.
Los laboratorios biológicos ucranios, destacó Kirilov, realizaron un amplio estudio de la inmunidad natural de la población con el fin de seleccionar a los agentes más peligrosos específicamente para la población de una región determinada.
Añadió que en el proyecto estadunidense, denominado UP-2 en la localidades ucranias de Kiev, Odesa, Leópolis y Járkov se tomaron muestras de sangre a 4 mil militares para detectar anticuerpos contra los hantavirus y a otros 400 para detectar anticuerpos contra el virus de la fiebre de Crimea-Congo.
Kirilov destacó “el cinismo particular de los patrocinadores estadunidenses, pues el desarrollador –la empresa Scymount– ofreció comprar dicho sistema sobre una base comercial, a pesar de que el personal del Ministerio de Defensa ucranio fue contratado como voluntario”.
Refirió que este tipo de pruebas están prohibidas en el territorio estadunidense, por lo que Washington las lleva a cabo en otros países. El militar ruso especificó que más de 4 mil personas participaron en la investigación y, de acuerdo con los datos publicados en los medios de comunicación búlgaros, unos 20 soldados ucranios murieron y 200 fueron hospitalizados sólo durante los experimentos en el laboratorio de Járkov.
Por su parte, el jefe de la delegación moscovita en las consultas sobre seguridad militar y control de armas en Viena, Konstantín Gavrílov, declaró que “rechazamos categóricamente las declaraciones falsas de los representantes oficiales de los estados occidentales” y sus medios de comunicación, que acusan a Rusia de pretender “usar armas químicas y biológicas en Ucrania”, informó el portal RT.
La vocera de la cancillería rusa, María Zajárova, manifestó que la decisión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de seguir apoyando a Ucrania confirma el interés de esa alianza en que las acciones de combate continúen.
Señaló que al tiempo que llama a negociaciones entre Moscú y Kiev, el bloque occidental no ha hecho ni un solo intento de persuadir a las autoridades ucranias de buscar una solución pacífica respecto de la situación en la región de Donbás.
“Al enviar armas a Ucrania, Bruselas provocó a Kiev para que usara la fuerza contra las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk y ahora cosechan terribles resultados”, expuso Zajárova.
Pactan la OTAN, el G-7 y el Consejo Europeo aumentar su despliegue castrense y sanciones adicionales contra el gobierno de Vladimir Putin.
Ap, Reuters, Afp y Europa Press
Bruselas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió ayer que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) “respondería” si su par ruso, Vladimir Putin, usa armas químicas en su guerra contra Ucrania. Horas antes, en una muestra de unidad en una triple cumbre sin precedentes de la OTAN, el G-7 y la Unión Europea, la alianza militar anunció la creación de nuevos grupos de combate en cuatro países del este de Europa, que contarán con equipo contra amenazas nucleares, químicas o biológicas.
“Responderemos si las utiliza. La naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del uso”, expuso Biden en una conferencia de prensa en Bruselas. Agregó que depende de Kiev decidir si cede parte de su territorio a Moscú, pero afirmó que no cree que Ucrania tenga que hacerlo.
Biden anunció que Estados Unidos acogería hasta a 100 mil refugiados ucranios, aunque indicó que muchos de ellos probablemente preferirían estar cerca de casa. Prometió mil millones de dólares adicionales en alimentos, medicamentos, agua y otros suministros.
Los gobernantes de Occidente definieron ayer nuevas medidas para contrarrestar la invasión rusa, que comenzó hace un mes, y planear una respuesta en caso de que Putin despliegue armas químicas, biológicas o incluso nucleares.
Se reunieron en tres cumbres que los obligaron a ir de un lado a otro de Bruselas para las citas consecutivas de la OTAN, el G-7 y el Consejo Europeo.
Biden añadió que la organización atlántica desarrollará planes para contar con más tropas y capacidades militares y adoptará un nuevo concepto estratégico de defensa, y se pronunció por expulsar a Rusia del Grupo de las 20 principales economías.
Antes, en la cumbre de la alianza se pactó robustecer sus fuerzas en el este de Europa, aumentar la ayuda militar a Ucrania y endurecer las sanciones a Rusia. Estados Unidos y Reino Unido ampliaron sus listas negras de sanciones.
“Acordamos reforzar nuestra disuasión y defensa a largo plazo.
También hemos acordado dar más apoyo a Ucrania y seguir imponiendo costos a Rusia”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Stoltenberg aseveró que cualquier ataque químico de Moscú contra Kiev cambiaría el curso de la guerra, pero no aclaró si la alianza emprenderá acciones militares, mientras los líderes de la OTAN se comprometieron a acelerar sus inversiones en materia de defensa para alcanzar la meta de 2 por ciento del producto interno bruto.
Sin embargo, las promesas de la OTAN se quedaron cortas frente a los llamados del presidente ucranio, Volodymir Zelensky, a un boicot total de los productos energéticos rusos y a una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, donde miles de personas han muerto, y millones se han convertido en refugiados desde que Putin lanzó su invasión el 24 de febrero.
Conectado por videoconferencia, Zelensky pidió a los países de la OTAN entregar a Ucrania “el uno por ciento de sus aviones y de sus tanques” para enfrentar la invasión rusa.
“Nosotros no podemos simplemente comprar eso. Cuando tengamos todo eso, nos dará, como se las da a ustedes, una seguridad a 100 por ciento”.