Al deteriorarse sus expectativas de inflación, el Banco de México (BdeM) elevó la tasa de interés de referencia –la que determina el costo del crédito al que se financian empresas y personas– en medio punto porcentual para ubicarla en 6.50 por ciento, tal y como lo adelantó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Ante la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación en México (…) se decidió por unanimidad incrementar en 0.50 puntos porcentuales el objetivo para la tasa de interés interbancaria”, destacó el banco central en su comunicado de política monetaria.
Tras el inicio del ciclo de incrementos de tasas de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, la autoridad monetaria siguió el guion que los mercados financieros pronosticaban, por lo que es el séptimo incremento consecutivo y el tercero de medio punto de la tasa de referencia.
Las expectativas de inflación general se revisaron al alza, para el primer trimestre de 2022 rondará 7.2 por ciento, de un estimado previo de 6.9 por ciento; en el cuarto estará en 5.5 por ciento, luego de pronosticarse 4 por ciento.
La autoridad monetaria explicó que los pronósticos de las inflaciones general y subyacente se revisaron al alza para todo el horizonte y ahora se prevé que la convergencia a la meta de 3 por ciento se alcance en el primer trimestre de 2024.
El anuncio del aumento de tasa fue dado por el presidente López Obrador antes que el BdeM, dando como resultado que diversos especialistas señalaran que se estaba violando la autonomía del banco central.
Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, destacó que el anuncio del Presidente fue “desafortunado”, pues genera “incertidumbre adicional que era innecesaria” y vuelve a poner en duda la autonomía del organismo central.
Se violó la ley: analistas
En general, analistas económicos señalaron que es “delicadísimo” violar la Ley del BdeM, la Constitución y la autonomía del banco central, pues va en detrimento del entorno económico y de negocios en el país, lo que pone en riesgo la estabilidad macroeconómica y la inversión como motores de crecimiento.
El artículo 45 de la Ley del BdeM dice: “Quienes asistan a las sesiones (de política monetaria) deberán guardar confidencialidad respecto de los asuntos que se traten en ellas, salvo autorización expresa de la junta de gobierno para hacer alguna comunicación”.
Joel Virgen, director de Out of the Box Economics, resaltó que la filtración dinamita los esfuerzos del banco central por garantizar autonomía y deberá llevar a revisar procesos; la probabilidad de que la autoridad monetaria sorprenda al mercado fue cero; el mercado ya contemplaba el incremento de medio punto, pero pudo haber sido distinto.