Debido a la transición epidemiológica y demográfica y padecimientos como el VIH y la diabetes, así como al diagnóstico tardío y el estudio deficiente de contactos, México mantiene tasas de incidencia, mortalidad y éxito contra la tuberculosis muy lejos de las metas de reducción, es decir, en una meseta, reconoce la Secretaría de Salud (Ssa) en su Programa de Acción Específico de Prevención y Control de Tuberculosis y Lepra 2020-2024.
En 2019, informa la Ssa, México notificó 22 mil 285 casos nuevos de tuberculosis en todas sus formas, de los cuales 17 mil 818 (79.9 por ciento) fueron de presentación pulmonar. La tasa de incidencia nacional para ese año fue de 17.6 contagios por cada 100 mil habitantes.
A ello se suma que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima, en el contexto del Día Mundial contra la Tuberculosis, que se conmemora cada 24 de marzo, que el impacto del covid-19 dejó en América Latina y el Caribe a casi 100 mil personas sin acceso a servicios de salud para la detección y el tratamiento oportuno de este mal.
La pandemia, agrega, revirtió los avances alcanzados en la estrategia Fin de la Tuberculosis, pues en 2020 las muertes por este padecimiento aumentaron por primera vez en más de una década, menos personas fueron diagnosticadas y tratadas y se destinaron menos recursos para su detección, tratamiento e investigación.
Destaca que la tuberculosis es una de las principales causas de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo y en América, donde se estima que en 2020 al menos 291 mil personas se contagiaron y fallecieron 27 mil. De ellas, 7 mil 900 eran portadoras de VIH, por lo que es una de las principales causas de muerte para este sector de la población.
El organismo multinacional también alerta que la tuberculosis, si bien es prevenible y tratable, es una de las principales causas de muerte relacionadas con la resistencia antimicrobiana, pues en la región se estima que 3 mil 900 personas han iniciado tratamiento para la tuberculosis farmacorresistente, lo que representa sólo una de cada tres personas que lo necesitan.
En México, la Ssa destaca que la respuesta efectiva contra esta enfermedad demanda asegurar el acceso a servicios de atención integrales modernos, de alta calidad y centrados en la persona.
