En una nueva reivindicación de la relevancia del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) –la tercera que hace esta semana de manera consecutiva–, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que las molestias del bloque conservador se deben a que se avanza en la transformación del país “y estamos cumpliendo con lo que ofrecimos”. Insistió en que muchos de los cuestionamientos son por dogma y por el pensamiento conservador.
Luego de las críticas al proyecto, algunas de las cuales se concentraron en la venta de alimentos típicos de la región que hizo una señora en su apertura, el mandatario defendió la gastronomía mexicana.
De igual forma, consultado sobre un posible fondeo proveniente de Estados Unidos a quienes se oponen al Tren Maya, sostuvo que si el gobierno estadunidense no cambia su política no tendrá “autoridad moral” para hablar de libertad y democracia.
López Obrador destinó la mayor parte de su conferencia en Palacio Nacional a la defensa del AIFA, y como uno de los ejemplos de la reacción conservadora, se refirió a los comentarios generados por la presencia de una mujer que vendió doraditas, o también conocidas como tlayudas en la Ciudad de México, lo cual ven “como algo indebido”, ya que “se creen de sangre azul”.
Consideró que las doraditas “son riquísimas; el maíz preparado de manera especial” y este tipo de comida, agregó, es de lo más nutritivo que puede haber. “Son carbohidratos, es proteína y vitaminas, y los nutriólogos saben de esto”. Por ello llamó a que al menos en uno o dos de los locales del aeropuerto se venda comida típica.
Hay libertades y no se reprime a nadie
Además, rechazó que el episodio implique una vulneración a la seguridad del AIFA y, en cambio, “se demostró que hay libertades y no se reprime a nadie”.
Las expresiones ligadas a ello, reiteró, están acompañadas de visiones como “yo me voy a sentir bien en México cuando México sea como Canadá”, frente a las cuales refrendó su orgullo por el país, sus pueblos y culturas, y por lo cual apuntó: “Yo no estoy pensando en que México sea como Canadá”.
De manera paralela, subrayó, el gobierno federal continuará con obras para rehabilitar el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la capital del país. Indicó que “se salvó” de su desaparición como se buscaba con el proyecto de Texcoco, lo cual causó molestias.
Aunque es entendible el “enojo” de quienes perdieron contratos con su cancelación y se les “fue el negocio”, preguntó al resto de los inconformes el motivo de su postura. Aseguró que se debe a una cuestión “irracional, no tiene que ver con lo económico, no se les afectó; al contrario, porque ese dinero se utiliza para otras obras públicas, en beneficio de todos. No, es un asunto ideológico, es el dogma, es el pensamiento conservador y, aunque parezca irracional, así sucede”.
No obstante, ponderó que “no debemos estar aspirando al pensamiento único”, y la posición tan “obvia” de los conservadores termina promoviendo el movimiento de transformación.
A la par, señaló que hay artistas y “seudoambientalistas” que presentaron una campaña en contra del Tren Maya.
En la conferencia se le preguntó sobre el posible financiamiento de organismos estadunidenses en este caso.
“Si el gobierno de Estados Unidos no quiere cambiar su política, allá ellos. Si van a seguir financiando a grupos opositores, a gobiernos legal y legítimamente constituidos, pues no van a poder tener autoridad moral para hablar de libertad y de democracia, mucho menos de independencia y de soberanía”, respondió, tras explicar que el proyecto contempla la reforestación de 200 mil hectáreas y la creación de tres parques de reservas naturales.