Washington. Madeleine Albright, la primera mujer en encabezar el Departamento de Estado de Estados Unidos, murió debido al cáncer, informó su familia el miércoles. Tenía 84 años.
El presidente Bill Clinton eligió a Albright como la principal diplomática de Estados Unidos en 1996, y se desempeñó en ese cargo los últimos cuatro años de la administración Clinton.
En ese momento, ella era la mujer de más alto rango en la historia del gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, no pudo buscar la presidencia por ser originaria de Checoslovaquia.
“Ella estuvo rodeada de familia y amigos”, dijo su familia por Twitter.
En 2012, el presidente Barack Obama le otorgó a Albright la Medalla de la Libertad, el máximo honor civil del país, diciendo que su vida fue una inspiración para todos los estadunidenses.
Albright se mantuvo franca a lo largo de los años. Tras dejar el puesto, criticó al presidente George W. Bush por usar el “shock de la fuerza” en lugar de alianzas para fomentar la diplomacia y dijo que Bush había alienado a líderes árabes moderados y creado el potencial de una brecha peligrosa con los aliados europeos.
Sin embargo, como refugiada de Checoslovaquia, no era una pacifista y tuvo un papel importante en las presiones para que el gobierno de Clinton interviniera militarmente en el conflicto en Kosovo. Mantuvo además una postura intransigente hacia Cuba, diciendo en la ONU que el derribo de un avión civil por parte del gobierno cubano no eran “cojones”, sino cobardía.
Albright les recomendó a las mujeres jóvenes que actuasen “de manera más confiada” e hicieran “preguntas cuando estas surjan y no esperen para preguntar”.
“Me tomó mucho tiempo desarrollar una voz y ahora que la tengo, no voy a guardar silencio”, le dijo a HuffPost Living en 2010.
Cuando la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado le preguntó en enero de 2007 si aprobaba el incremento de tropas propuesto por Bush en Irak, respondió: “Pienso que necesitamos un incremento de la diplomacia. Somos vistos en el Oriente Medio como una potencia colonial y nuestros motivos son sospechosos”.
Albright era una internacionalista cuyo punto de vista fue formado por sus antecedentes. Su familia escapó de Checoslovaquia en 1939 cuando los nazis ocuparon el país y ella vivió los años de la guerra en Londres.