Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, justificó el viraje que adoptó en el conflicto del Sahara Occidental, plegándose a la hoja de ruta fijada por Marruecos, en que así se pone fin a la crisis migratoria que se ha estado registrando en la frontera española con el norte de África, sobre todo en las dos ciudades de Ceuta y Melilla. A pesar de estas explicaciones, todos los partidos del arco parlamentario, incluida Unidas Podemos (UP), que forma parte de la coalición de gobierno, rechazaron de forma tajante el cambio de postura, que tildaron de “traición” al pueblo saharaui.
El presidente español se negó a dar explicaciones en el Congreso de los Diputados durante la sesión de control al gobierno, pero una vez terminada su comparecencia, se trasladó a las ciudades de Ceuta y Melilla, donde sí se refirió a la carta que le envió al Rey de Marruecos, Mohamed VI, y que el propio gobierno marroquí desveló el pasado viernes, en la que España se comprometía a apoyar la vía de resolución del histórico conflicto impulsada por Marruecos, en la que se contempla que el Sáhara se convierta en una autonomía perteneciente al Estado marroquí.
El presidente Sánchez señaló que “el Gobierno de España ha seguido la posición que también han manifestado otras naciones potentes en Europa, como Alemania, Francia o la propia Comisión Europea manifestando el respaldo que no deja de ser una de las propuestas recogidas dentro del Consejo de Seguridad de la ONU. Así que el Gobierno no ha hecho sino profundizar en una postura manifestada por otros gobiernos de distinto color. Y sin duda alguna seguir con la línea de otras grandes potencias dentro del marco de la ONU. Además existía una crisis migratoria que no podía sostenerse en el tiempo”.
Además, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, compareció en la Comisión de control del Parlamento y también atribuyó el cambio en la política española con respecto al Sáhara en “solucionar el drama humanitario provocado por las mafias de la migración ilegal”. Durante esta comparecencia, el canciller ibérico escuchó los duros reproches y críticas de todo el arco parlamentario, con la excepción del PSOE, al recordarle que el gobierno había “traicionado” no sólo la tradicional postura con respecto al Sáhara, sino sobre todo a la lucha encomiable del pueblo saharaui y del Frente Polisario.