En tres años el contrabando de combustibles se disparó 122.7 por ciento, al grado de que una quinta parte de las gasolinas y diésel que se consumen en el país entraron de manera ilegal en operaciones simuladas con la importación de lubricantes, estima el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El organismo detalló que el año pasado la recaudación por impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) cayó 18 por ciento. La merma no se debió sólo a los estímulos fiscales que se usan para contener el incremento en el precio de las gasolinas, sino al contrabando de combustibles que burla las aduanas.
El IEPS a gasolinas y diésel dejó a la hacienda pública 223 mil millones de pesos el año pasado, 77 mil millones menos que en 2020. Tan sólo la recaudación en aduanas por este impuesto se redujo en 58 mil 78 millones de pesos, mientras las importación de lubricantes es casi siete veces mayor que la demanda real.
El SAT explicó que la caída en la recaudación de IEPS petroleros en 2021 ocurrió principalmente en las aduanas marítimas. Esta tendencia se logró contener al cambiar a los directivos de dichas instalaciones, pero el trasiego ilegal se mudó a los despachos terrestres. Se comenzó a meter el combustible en pipas y carrotanques.
Desde 2012 se observó un cambio en el mercado de gasolinas y diésel, disminuyó la venta legal de éstos respecto a lo proyectado dado el crecimiento económico. Con dicha tendencia, se estima que el año pasado entraron de manera ilegal al país 102 millones de barriles de combustible.
El Prontuario Estadístico de Petrolíferos 2019, publicado por la Secretaría de Energía, apunta a que la demanda de combustibles alcanzaría 1.3 millones de barriles diarios en 2021; es decir, 477.7 millones de barriles durante todo el año.
La oferta legal de combustible –compuesta por la producción de Petróleos Mexicanos y las importaciones– alcanzó 375.7 millones de barriles. Por tanto el volumen del contrabando se estima hasta en 102 millones de barriles para 2021, concluye el SAT en su Informe Tributario y de Gestión.
La autoridad expone que entre 2018 y 2021 “el contrabando estimado de combustibles se incrementó en un 122.7 por ciento al pasar de 45.8 millones de barriles a 102 millones al año”. La brecha entre la necesidad de gasolinas y la oferta legal apunta al contrabando vía importaciones simuladas de lubricantes.
“Desde 2020 se ha observado un incremento en las importaciones de lubricantes, sin que exista algún sustento en la actividad económica. Estos productos no están sujetos al pago de IEPS, por lo que son usados como medio de evasión para introducir hidrocarburos por las aduanas terrestres”, advierte el organismo.
Información del SAT y la Asociación Nacional de Industria Química exhibe que la demanda en el mercado de lubricantes es de 15 mil barriles diarios, pero en los últimos dos años ha sido rebasada mes a mes, incluso en agosto alcanzó los 103 mil barriles diarios.
La entrada ilegal de gasolinas se hace en colusión con autoridades. El SAT destacó que denunció por delincuencia organizada a un ex servidor público de alto mando que ayudaba al contrabando de combustibles. Esta es una de las mil 65 personas que tienen un proceso en la Fiscalía General de la República (FGR) mediante mil 41 denuncias.
Sólo en aduanas se denunció a 39 servidores públicos durante 2021, los cuáles se suman a los 48 de un año previo. El organismo recalcó que “una de las asignaturas pendientes para la operación aduanera es reforzar el combate al contrabando. Desde 2018 el número de pedimentos muestra un incremento sostenido. Sin embargo, este comportamiento no se ha reflejado en la recaudación”.
“En términos reales las contribuciones de comercio exterior tienen una tendencia decreciente para el mismo periodo marcada por el incremento del contrabando”, reconoció el organismo.