Varias fueron las veces que la familia de Astor Piazzolla pidió al músico y productor Nicolás Sorín que dedicara un tributo a uno de los tangueros más influyentes del siglo XX. Sin embargo, durante un tiempo, se negó, “por la razón de que creo que es uno de los artistas a los cuales le tengo más respeto, y trabajar sobre su obra y reversionarla, en su momento, es algo que me daba bastante miedo”, admitió el argentino.
Sorín continuó su carrera en el cine, como miembro de agrupaciones y productor en álbumes de músicos como Miguel Bosé y Ana Torroja. En 2021, cuando Astor Piazzolla cumplió 100 años, ya con mayor confianza en sus capacidades, aceptó la propuesta de su amigo y nieto del tanguero, Pipi Piazzolla, y comenzó a trabajar en el homenaje que sería presentado por primera vez en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires.
Irrespetuoso con el tango
Para Piazzola electrónico, Sorín se basó en un concierto que el compositor realizó en 1977 en la sala de espectáculos Olympia de París. “La manera de encararlo fue faltándole un poquito al respeto, porque él era de alguna manera bastante irrespetuoso dentro de los cánones del tango”, señaló Nico Sorín al describir el enfoque que dio a su homenaje.
Para comenzar, se puso a estudiar las partituras que le interesaban de Piazzolla, “y encontré un montón de similitudes, como que trabajo de la misma manera. Creo que Astor trabajaba muy orquestal la música: el bajo y las melodías son muy precisas, adentro son texturas que funcionan muy bien. Entonces lo que hice fue eso, como cuando uno agarra un cuerpo para estudiarlo, abrirlo y analizar todas las relaciones que tiene”.
Aunque Astor Piazzolla no fue predominante en la juventud de Nico Sorín, a sus 14 años éste ya admiraba la forma en que el tanguero hacía su música. “Cuando lo vi pensé que era Deep Purple o Emerson, Lake & Palme, una de estas bandas de rock”, contó al recordar esa presentación en la que poco a poco se van incorporando los músicos y sus sonidos a una pieza que empieza con una guitarra para terminar revelando al bandoneonista.
“Es un artista muy incorrecto, que, de hecho, ha tenido muchos problemas acá en Argentina con el mundo del tango, porque ha roto barreras. No creo que es un tanguero; para mí, es por ahí como Paco de Lucía, son esos artistas que utilizan las herramientas de un género y lo llevan a un lugar completamente universal”, considera Nico Sorín.
Por eso la mejor forma de dedicar un homenaje a Astor era, para el productor, a través de la irreverencia. “No tenía ninguna intención de hacer un Piazzolla correcto, todo lo contrario, quería ser más incorrecto que él, porque creo que de esa manera es como un homenaje a lo que hace él. También hay sintetizadores, una parte electrónica. Hay algo que a la juventud le puede gustar mucho, por una cuestión fresca, que es un tango aguerrido, con mucho brío, y a la vez algo que a las generaciones más grandes les puede interesar porque tiene todavía ese ADN de la música de los años 70”, indicó.
Su aproximación también está hecha para llamar la atención en torno al tango, pero mediante un acercamiento contemporáneo. “Creo que lo que quería hacer era acercar a Piazzolla a gente que no le guste el tango, creo que es algo que le puede llegar igualmente. En cuanto a las personas que le gusta, hay dos opciones: lo detesta o lo ama. No quería quedarme en medio, sino tratar de hacer como hizo él toda su carrera”, explicó Sorín.
Sin perder el espíritu del compositor
A pesar de los cambios propuestos por Sorín, la esencia de la música de Piazzolla también ha sido procurada por el productor. “Si se pierde su espíritu se convierte en algo mío, y esto es un homenaje”, aclaró. Pero también esa labor resultaría difícil, “la música de Astor es tan maciza que hay que romper con un mazo muy grande para mover los cimientos”, sostuvo.
Igual que muchos de los músicos con los que tocaba Piazzolla, Sorín procuró que parte de sus ocho colaboradores provinieran de mundos ajenos al género rioplatense. “Creo que si todos fuéramos del tango tendríamos muchas mañas; lo que me interesaba era justamente tratar de agarrar gente de fuera”, destacó.
“Creo que la música de Astor es muy universal, que tiene una fibra que llega. Considero que el tango en un sentido es como una excusa, porque no es tango, es una música universal, que tiene matices del rock, del jazz…”, puntualizó.
Versiones de temas clásicos como Libertango, Meditango, Zita, Adiós Nonino y Violentango conservan la presencia del bandoneón, instrumento que Sorín considera la voz de Piazzolla, pero se agregan sonidos de sintetizadores, marimbas, batería, bajo y guitarra. “Darle modernidad, pero no hacerme el canchero, o sea, tratar de potenciar lo que ya estaba plasmando”, aclaró.
Piazzola electrónico se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el 2 de abril.