Ginebra. El gasto mundial dedicado a la lucha contra la tuberculosis es insuficiente para relanzar la batalla contra la enfermedad tras años de lucha suspendida por el covid-19, alertó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis (24 de marzo), la OMS recordó que los objetivos fijados para 2022 “están en riesgo, principalmente por la falta de financiación”.
El organismo señaló que el gasto mundial en detección, tratamientos y prevención de la tuberculosis en 2020 era la mitad del objetivo mundial de 13 mil millones de dólares al año.
“Es necesario hacer inversiones urgentes para desarrollar y ampliar el acceso a los servicios e instrumentos más innovadores para prevenir, detectar y tratar la tuberculosis, lo que podría salvar millones de vidas cada año, reducir las desigualdades y evitar enormes pérdidas económicas”, indicó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.
En materia de investigación y desarrollo, la organización estima que el mundo debería invertir globalmente mil 100 millones de dólares adicionales.
Según la OMS, la tuberculosis es la segunda causa de mortalidad debido a una enfermedad infecciosa (por detrás del covid-19). Cada día, más de 4 mil 100 personas mueren y cerca de 30 mil contraen esta enfermedad, pese a que se pueda prevenir y curar.
La interrupción de los servicios de salud por la pandemia de covid-19 anuló años de progreso mundial en la lucha contra esta enfermedad que afecta principalmente a los pulmones, denuncia la OMS. Así, las muertes vinculadas con la tuberculosis comenzaron a aumentar nuevamente por primera vez en más de una década.
Por otra parte, el parque Disneyland de Shanghái cerró ayer mientras la ciudad más poblada de China intentaba contener su mayor brote de coronavirus en dos años. El núcleo de negocios de Shenzhen, en el sur, permitió que comercios y oficinas reabrieran tras una semana de confinamiento.
Las ciudades de Changchun y Jilin comenzaron otra ronda de pruebas diagnósticas a toda la población tras un aumento de los contagios. Jilin endureció sus medidas contra el virus y ordenó a 2 millones de personas que se quedaran en casa.
El uso de la mascarilla dejó de ser obligatorio en todos los niveles de las escuelas de Buenos Aires en el marco de la caída de los contagios y el avance del plan de vacunación.
La pandemia ha dejado en el mundo 471 millones 668 mil 980 casos confirmados y 6 millones 93 mil 96 fallecidos, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.