Durante los primeros dos años de vida es fundamental la alimentación adecuada y el cuidado de la nutrición de niños con Síndrome de Down, ya que los problemas de salud que padecen llevan a que coman menos y se alimenten de productos de baja calidad nutricional, sostuvo la especialista del Instituto Nacional de Pediatría (INP), Tania Vargas, en el contexto del Día Mundial del Síndrome de Down (21 de marzo).
Precisó que seis de cada diez personas que atienden en la clínica están en riesgo de padecer desnutrición, que puede iniciar en la lactancia y durante el periodo de alimentación complementaria, algunos de ellos presentan problemas neurosensoriales y rechazan los alimentos, sobre todo cuando detectan cambios de texturas de la papilla a alimentos sólidos.
Después pueden enfrentar mayor riesgo de sobrepeso por inadecuados hábitos alimenticios, sedentarismo, hipotiroidismo y altos niveles de la hormona de la saciedad llamada leptina, que ocasiona que siempre tengan hambre, explicó en un comunicado de la Secretaría de Salud.
Explicó que las consecuencias en la salud de la alimentación inadecuada son la falta de concentración y de aprendizaje; problemas osteomusculares y cardiovasculares; desregulación hormonal, alteraciones en la piel, depresión, dislipidemia o concentración elevada de lípidos, lo que incluye colesterol o triglicérido; hígado graso, depresión y pubertad acelerada, entre otros.