Luego que los dos años anteriores se ha registrado una pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores, producto de las negociaciones contractuales y salariales, para 2022 se perfila que se mantendrá una línea decreciente en este renglón, así como negociaciones contractuales complicadas, afirmó Willebaldo Gómez Zuppa, especialista del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical.
Para que los ingresos de los trabajadores se incrementen en términos reales o cuenten por lo menos con el mismo poder adquisitivo, subrayó que el aumento nominal en las negociaciones salariales debe ser superior a la inflación, que en este inicio de año es mayor a 7 por ciento.
En años pasados se han reportado, en la mayoría de los casos, negociaciones contractuales que van de 3 a 5 por ciento. “Para que no pierda poder adquisitivo el trabajador en el mercado deberíamos estar hablando de incrementos salariales de 10.3 o 10.4 por ciento.”
Las negociaciones contractuales han resultado perjudiciales para los trabajadores debido a la crisis económica, pero también de alejamiento de los sindicatos con sus agremiados, “ya que no están en contacto con las bases y tampoco leen el entorno internacional o nacional”, agregó el también académico de la Facultad de Economía de la UNAM.
En los reportes más recientes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, así como de la Secretaría del Trabajo, se presentan gráficas que muestran una reducción en los ingresos como resultado de negociaciones salariales y contractuales de sindicatos registrados en la jurisdicción federal.
Luego de un incremento de poco más de 2 por ciento a finales de 2019, ha seguido una caída de casi cuatro puntos porcentuales en los sindicatos del ámbito federal.