El Cairo., El ejército de Siria impidió el paso a un convoy de las fuerzas armadas de Estados Unidos en la provincia nororiental de Hasaka, informó ayer la agencia estatal de noticias local Sana.
“Los militares expulsaron los vehículos estadunidenses de la zona y los obligaron a dar marcha atrás”, indica el texo.
El medio afirma que el convoy estaba formado por seis vehículos blindados, que intentaron cruzar un par de localidades cerca del poblado de Tall Tamr.
El pasado viernes, vecinos de varias aldeas cerca de Qamishli, con el apoyo del ejército sirio, también se enfrentaron a un convoy estadunidense y lo expulsaron.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales combaten con grupos armados de la oposición y organizaciones islámicas radicales.
A finales de 2017, el grupo Daesh (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia) fue declarado derrotado en Siria e Irak, pero las operaciones antiterroristas siguen en marcha.
Washington respalda a las formaciones armadas kurdas ubicadas en el país a pesar de las protestas del gobierno sirio.
El ejército estadunidense controla actualmente partes de las provincias de Hasaka, Raqqa, Alepo y Deir Ez-Zor, donde se encuentran los mayores yacimientos de petróleo y gas sirios.
Damasco no reconoce la “administración autónoma del norte y el este de Siria” y califica la presencia de los militares estadunidenses en su territorio como una “ocupación” y una piratería de Estado con el objetivo de robar el petróleo y el gas sirios.
En este contexto, analistas consideraron que al recibir por sorpresa al presidente sirio, Bashar al Assad, el viernes, Emiratos Árabes Unidos trata de allanar el camino para el regreso de Siria al mundo árabe tras años de exclusión.
El encuentro entre Al Assad y el dirigente de los Emiratos, el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed, fue el primero en un país árabe desde 2011, fecha en que empezó la guerra en Siria, que ha dejado medio millón de muertos y millones de desplazados.
El gobierno de Al Assad, acusado de “crímenes contra la humanidad” y considerado un paria por Occidente, es objeto de sanciones que han reducido considerablemente sus vínculos económicos con el resto del mundo.
A finales de 2011, Siria fue excluido de la Liga Árabe, cuando los países miembros se opusieron a la represión en las protestas.