Madrid. Cuatro días después de que el gobierno marroquí informó del viraje de España con respecto al histórico conflicto del Sáhara Occidental, el gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, aún no ha explicado en el Congreso de los Diputados ni a sus socios de coalición los motivos de un cambio tan importante y radical.

Las reacciones en el exterior continúan, entre otras la de la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), que defendió la vía de resolución que prevé la libre determinación del pueblo saharaui y la de China, la otra gran potencia mundial después de Estados Unidos, que se alineó con Argelia.

El Sáhara Occidental se convirtió en el principal foco de interés de la política exterior española, que provocó varias crisis simultáneas; con Argelia, el otro Estado del norte de África además de Marruecos y Mauritania que pugna por la territorialidad de la región en disputa, con el propio Frente Polisario y su histórica vinculación con los movimientos de izquierda españoles y que ahora el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dinamitó, y finalmente en la coalición de gobierno con Unidas Podemos (UP) y con el resto de partidos políticos de izquierda que le apoyan en el Parlamento.

El vocero de la ONU, Stephane Dujarric, aseguró que el conflicto del Sáhara debe resolverse con “un compromiso pleno de las partes con el proceso político facilitado por la ONU”, es decir, con la última resolución que se aprobó en el Consejo de Seguridad el pasado mes de octubre y en la que se apuesta por una vía de “solución realista, viable, duradera, aceptable por las partes y basada en la avenencia y que prevea la libre determinaciуn del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de las disposiciones conformes a los principios y propósitos de la carta de ONU”.

En China, en una reunión entre los ministros de Exteriores de Argelia y la potencia asiática, el canciller chino, Wang Yi, aseguró que su país “apoya los esfuerzos por una solución justa y duradera basada en el derecho internacional y en las resoluciones de la ONU” y criticó que algunos países, en referencia a España, “se preocupan por juegos geográficos”

En el terreno político al interior de España, la mayoría de los partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez, con la excepción del PSOE, solicitaron a la Mesa del Congreso la comparecencia urgente del presidente español para que explique el primera persona este viraje en política exterior, que puso fin a una postura alineada con la ONU desde hace 46 años y en la que se buscó el respeto a la territorialidad y la cultura del pueblo saharaui.

Además, la vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, la líder de UP tras la dimisión de Pablo Iglesias, instó al presidente español a volver al “acuerdo de la ONU” y a respetar su propio programa electoral y el acuerdo que gobierno que firmaron ambos países. Entre las críticas más llamativas también destacó la de el Partido Socialista de las Islas Baleares, que también reclamaron una explicación más detallada del asunto.