Coyuca De Catalán, Gro., A las seis de la mañana, Hilario, con ayuda de sus hijos, ensilló mulas, caballos y burros cargados de ropa y utensilios y partió con ellos de la comunidad de El Balcón, que les dio refugio durante más de dos años cuando tuvieron que abandonar sus hogares por la violencia que arrasó su pueblo, Zihuaquio.
Recorrieron unos 20 kilómetros de la parte más alta de la Sierra Madre del Sur y llegaron a Zihuaquio cerca de las tres de la tarde, casi al mismo tiempo que otras 72 familias, incluidos 21 niños y niñas, según el recuento elaborado por Ismael, coordinador de los desplazados que partieron del poblado de Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo.
Al llegar a Zihuaquio, uno de los pobladores se dirigió a su casa. A su paso miró viviendas destrozadas y quemadas, al igual que dos destilerías. Al llegar a su hogar, recordó que ahí nació hace más de 30 años. “Se siente gacho verla así. Aquí vivimos seis hermanos. Nos quitaron todo: maíz, ganado. Yo me dedicaba al campo y al maguey”, explicó.
A las 10 de la mañana partieron de Vallecitos de Zaragoza decenas de familias desplazadas, la mayoría estaban contentas de regresar a Zihuaquio, tras recorrer 40 kilómetros de terracería.
Patrullas del Ejército, la Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, resguardaron a la caravana; había incertidumbre y temor debido a amenazas de presuntos grupos delincuenciales.
En Zihuaquio hubo sentimientos encontrados al ver sus hogares destruidos. Los desplazados convocaron a una reunión para agradecer al gobierno federal y estatal el apoyo para en retorno.
El comisario de Zihuaquio, Benito Campos, expresó: “Entre 70 y 80 por ciento de las casas están destruidas; queremos que el gobierno nos apoye con material para la reconstrucción. Para las vinatas necesitamos alambiques, picadoras, palas, todo el instrumental para elaborar mezcal”.
Recordó que en enero de 2020, cuando los desplazaron, “éramos 65 familias, pero se nos sumaron habitantes de otros pueblos, en total más de 320 familias. Creemos que podrían regresar 80 por ciento de los que se fueron.
Los habitantes de Zihuaquio agredecieron al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora Evelyn Salgado y les pidieron que “pongan los ojos en nuestra comunidad y nos apoyen con lo más indispensable, salud, educación, seguridad y alimento.
“Vamos a reconstruir nuestras vidas. Todo lo que teníamos se perdió; son como 20 vinatas que destruyeron. En un mes se verá el cambio porque venimos decididos a trabajar, pero necesitamos apoyo del gobierno y no queremos andar con el rifle colgado”.
Al final, los lugareños celebraron una comida: tacos de pollo, queso y frijol, acompañados de mezcal que tenían de reserva.