Dado que la mayoría de los gobernadores se niegan a asumir el “costo político” que les implicaría incrementar la recaudación tributaria en sus respectivos estados, el grueso de las 32 entidades de la República recurre al endeudamiento para hacer frente a sus necesidades financieras, lo que, en el círculo perpetuo, provoca que destinen al servicio de ese débito la mayor parte de los recursos que la federación canaliza.
En el cuento de nunca acabar, al cierre de 2021 el saldo de la deuda subnacional ascendió a 666 mil 824.2 millones de pesos, lo que representa un aumento nominal cercano a 30 mil millones respecto de 2020, aunque en términos reales significa una “baja” de 2.3 por ciento, de acuerdo con el más reciente informe temático elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP), del que se toman los siguientes elementos.
Entre las entidades federativas que más contribuyeron al incremento del total de la deuda subnacional en el periodo de referencia aparecen el estado de México, con un aumento de 52 mil 887.9 millones de pesos; Ciudad de México, 48 mil 766.3; Veracruz, 40 mil 512.3; Coahuila, 34 mil 307.9; y Jalisco, 32 mil 853.5. En riguroso sentido contrario, Tlaxcala es la única entidad de la Federación que no tiene deuda.
Por tipo de acreditado, los gobiernos estatales son los mayores tenedores de deuda subnacional al participar con 87.7 por ciento del monto contratado, proporción que asciende a 584 mil 650.3 millones de pesos; en segundo lugar aparecen los entes públicos estatales (6.4 por ciento), los municipios, con 5.6 y, finalmente, los entes públicos municipales, con menos de uno por ciento.
En cuanto a los acreedores, se observa que la banca privada tiene una presencia predominante al concentrar más de la mitad (55.4 por ciento) del crédito otorgado; la banca de desarrollo participa con 35.8 por ciento; las emisiones bursátiles, 7.4 por ciento y otros conceptos, como fideicomisos, con 1.4 por ciento.
En lo que se refiere a deuda por habitante, destacan cinco entidades federativas, al registrar montos más de dos veces superiores al promedio subnacional: Nuevo León, con un débito de 15 mil 313.5 pesos por persona; Chihuahua, 13 mil 525.4; Quintana Roo, 13 mil 507.6; Coahuila, 12 mil 168.5; y Ciudad de México, 10 mil 492.7.
Como proporción de su producto interno bruto estatal (PIBE), destaca una entidad federativa por presentar una deuda casi tres veces mayor al promedio subnacional de 2.9 por ciento: Quintana Roo, con un saldo del saldo subnacional de 8.2 por ciento del PIBE. Asimismo, sobresalen por sus altas proporciones Chihuahua (6.6 por ciento), Chiapas (6), y Coahuila y Nuevo León (5 por ciento en cada caso).
En términos de endeudamiento como proporción de sus ingresos totales, Nuevo León presenta un indicador más de tres veces superior al promedio de 27.9 por ciento, siendo el mismo de 87.7 por ciento de sus ingresos totales. Asimismo, por el monto de sus indicadores están Coahuila, con 75.3 por ciento; Chihuahua, 74.8; y Quintana Roo, 70.3. Estas mismas entidades son las más endeudadas respecto de sus ingresos por participaciones (federales), con proporciones que oscilan entre 206.5 y 182.7 por ciento, montos más de dos veces y medio mayores al promedio subnacional de 69.2 por ciento. Al otro extremo se ubican Querétaro, Guerrero y Puebla, con cifras del indicador inferiores a 20 por ciento.
En materia de afectación de participaciones (federales) para solventar obligaciones financieras sobresale la Ciudad de México con 100 por ciento; Nuevo León, 98.6; Coahuila, 90.2; Guerrero, 86.9; y estado de México, 86.7, proporciones mayores al promedio subnacional de 56.6.
En los recientes 15 años, la deuda de los estados se incrementó casi 400 por ciento, al pasar (en números cerrados) de 160 mil a 667 mil millones de pesos. Por lo que toca al débito por habitante, el promedio se multiplicó 3.5 veces: de mil 477 a 5 mil 170 pesos.
Pero los gobernadores prefieren endeudarse que pagar el “costo político” por incrementar la recaudación tributaria en sus demarcaciones. Qué brillantes, porque al final de cuentas sacrifican el bienestar ciudadano, el crecimiento económico y el desarrollo.
Las rebanadas del pastel
Bienvenida la primavera y junto a ella el inicio de operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. ¡Salud!