Tijuana, BC., Familias rusas que huyeron de su país en el contexto de la guerra con Ucrania, viven en un campamento improvisado en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos, a la espera de que este último les otorgue asilo. Con niños y adultos mayores, se instalaron en un costado del cruce peatonal de la Garita San Ysidro, que une a Tijuana, Baja California, con la ciudad estadunidense de San Diego. No tienen acceso a sus cuentas bancarias por las sanciones internacionales contra Rusia por la invasión de Ucrania, y el efectivo que trajeron se les va a acabando.
“Dicen (los agentes fronterizos) que sólo nos pueden decir que esperemos, que por ahora no nos pueden dejar entrar, y que a lo mejor no nos van a poder dejar entrar", comentó a la Afp el ruso Anton, de 27 años, que viaja con su esposa. “Parece que estamos en una especie de limbo que no se puede resolver por ahora”.
El gobierno local planea “llevarlos a un lugar seguro”, probablemente a albergues para migrantes dijo un funcionario municipal.