Tlaxcala. Brasil no sólo juega bonito al futbol. En el voleibol de playa, las mujeres de la verdeamarela parecían irreductibles. Tres de las cuatro duplas en las semifinales en el Tour Mundial en Tlaxcala eran brasileñas; sólo una pareja de Países Bajos intentaba avanzar a la final.
Pareciera que todo el deporte que involucra una pelota cobra otra vida, una más estética y lúdica, en interacción con los cuerpos de Brasil.
En el cuarto día del torneo de voleibol playero Pro Tour Challenge en Tlaxcala, estado ubicado a unos 250 kilómetros del mar, se vivió un sábado con ambiente de costa, pero sin océano. El escenario tenía algo de fantástico o caprichoso, una cancha de arena fabricada en Coatzacoalcos –pues este polvillo casi blanco no se encuentra tal cual en la naturaleza– y depositada de forma manual en una plaza de toros cuya primera mención formal aparece en un documento histórico de 1867; construida en uno de los atrios de un ex convento del siglo XVI. Ahí, el público que abarrotó las gradas vivía su fiesta playera.
La primera semifinal fue entre brasileñas. La medallista olímpica en Río de Janeiro, Barbara Seixas, y Carolina Salgado vencieron a sus paisanas Taiana de Lima y Hegeile Almeida por 21-15, 17-21 y 15-13. Un duelo apretado, donde la pareja derrotada estuvo siempre al acecho y por momentos llegó a tener ventaja. Pero en un deporte vertiginoso, donde los puntos se cobran en un parpadeo y un bloqueo o un lance le dan la vuelta al relato, las vencedoras y finalistas presumieron además un control estricto de los nervios, limitando errores, pero siempre con una sonrisa por el mero placer de jugar.
“El voleibol también es una tradición en Brasil”, cuenta Caro Salgado; “pero sin la visibilidad del futbol. Es un deporte muy popular. En mi país todos los niños tienen el sueño de ser futbolistas, con un lugar inigualable en el corazón de los brasileños, pero el voleibol es divertido y gusta mucho. Ha crecido bastante y esperemos que cada vez tenga un sitio más importante en nuestra cultura, además con muchas mujeres talentosas”.
Las otras finalistas fueron las holandesas Katja Stam y Raisa Schon, que le cerraron el paso a la posibilidad de una final femenina entre brasileñas. Desde el inicio impusieron una velocidad y potencia que obligó a trastabillar a las sudamericanas. Fue un choque sin piedad en donde las europeas vencieron por 21-14 y 21-15.
Ahora, las europeas se medirán ante las brasileñas Carolina y Barbara por el título mundial en Tlaxcala este domingo. Dos formas distintas y distantes de relacionarse con el juego, el sol y el mar.