Ciudad de México. La realidad imperante dictada por las nuevas tecnologías ha trazado un panorama incierto en cuanto a la seguridad de la información. Hechos sobre espionaje o robo de información se han registrado por siglos, pero sin duda que en décadas recientes se ha presentado una serie de casos que evidencian una complejidad sobre el tema.
Es por eso que esta semana tuvo lugar la sesión lo virtual “Espionaje en México: privacidad expuesta”, un webinar en el cual se abordaron importantes aspectos sobre estas conductas cuya penalización es escasa.
¿Quién puede intervenir la comunicación?, se preguntó en el conversatorio organizado por la UDLAP Jenkins Graduate School.
La respuesta la puso en la mesa María de los Ángeles Fromow, Dra. en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, quien comentó que constitucionalmente existe el derecho de que dos personas puedan compartir datos e información, y de acuerdo también a lo que permite hoy la tecnología: archivos electrónicos, audio, video, etc., ubicados ya sea en la red, medios de telecomunicación o documentos escritos.
Esto, siempre en condiciones de confianza y confiabilidad. Atentar contra eso es atentar contra la libertad y privacidad de las personas.
La especialista señaló que cuando un tercer agente ajeno busca intervenir esta comunicación, es necesario que se lleve a cabo a través de un proceso que garantice un blindaje por parte de un juez, mismo que pueda valorar la necesidad de esa intervención para efectos de una investigación de delitos.
Fromow recordó que deben ser las autoridades competentes quienes valoren la pertinencia de intervenir una comunicación si es que consideran que está ligada a un hecho delictivo. Además, “se debe establecer por qué se está solicitando la intervención, por cuánto tiempo y quiénes son sujetos a esa investigación”.
Y también que esto no debe relacionarse con "temas electorales, fiscales, mercantiles, civiles, laborales o administrativos”, señaló la también Mtra. en Tributación Fiscal.
La Mtra. en Gobierno y Asuntos Públicos por la UNAM y Dra. en Estudios Organizacionales por la UAM, Paloma Mendoza ofreció un panorama de casos muy sonados en cuanto a espionaje. Hizo alusión al caso de Edward Snowden, quien en 2013 dio a conocer al mundo el verdadero alcance de los programas de vigilancia masiva de su país encabezados por la Agencia de Seguridad estadounidense (NSA). Sus filtraciones incluyeron “1.7 millones de documentos considerados como top secret, lo que es considerado como el robo de secretos más grande en la historia no solo de Estados Unidos sino también de Australia y Reino Unido”, aseguró.
También comentó el ‘caso Pegasus’, el escándalo de espionaje destapado en 2017. La investigación realizada por 80 periodistas de 17 medios en el mundo reveló la existencia de más de 50 mil números telefónicos que fueron ingresados al sistema de la empresa israelí NSO Group, y que, se cree, eran potenciales objetivos de espionaje.
Hacia al final de su intervención, la especialista aseguró que debemos considerar la emergencia de las empresas privadas como actores de inteligencia y su papel en esta realidad. Precisamente, apuntó, hay una proliferación de empresas de seguridad privada, consultoras, que venden información clasificada.
Para el caso particular de México, Mendoza consideró que la obtención de información de inteligencia en nuestro país no se da a través de la filtración, “se da por la obtención de un beneficio económico o hasta por venganza de ex empleados de los servicios de inteligencia”.