Guadalajara, Jal., Investigadores del Centro Universitario de Tonalá (CU Tonalá) de la Universidad de Guadalajara detectaron en el río Santiago la presencia de cadmio, metal pesado que provoca enfermedades renales en el ser humano.
Ésta y otras sustancias tóxicas para las personas, fauna y flora fueron encontradas en las aguas, tanto en su nacimiento, que se ubica en el lago de Chapala, como a su paso por la parte oriente y norte del área metropolitana de la capital del estado, en especial en El Salto y Juanacatlán.
En conferencia de prensa, con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebrará el 22 de marzo, los especialistas dieron a conocer que también fue hallado ácido sulfhídrico en el afluente, el cual provoca problemas respiratorios.
Asimismo, se localizaron bacterias que generan problemas gastrointestinales y hasta un millón de microorganismos patógenos y parásitos cuyo límite máximo permisible en las aguas es de mil unidades.
En un estudio que los académicos de CU Tonalá hicieron con ratones, a los que de manera previa y por periodos continuos se les dio a beber agua de tramos del río Santiago donde es más evidente la contaminación, detectaron alteraciones en las células renales de los animales.
El líquido fue consumido por los roedores, así como por sus primeras crías y seis meses después se hicieron “los cortes histopatológicos de sus órganos”, explicó Aída Guerrero de León, quien detalló que el análisis fue realizado en el periodo 2020- 2021.
Recibe descargas de contaminantes industriales
Guerrero de León añadió que el agua del río Santiago, en su recorrido de Chapala a las barrancas de Oblatos y Huentitán, al nor-te de Guadalajara, recibe descargas de contaminantes industriales y aguas residuales urbanas.
El estudio se apoya en reportes de la Comisión Estatal del Agua que indican que hay microorganismos patógenos y parásitos que tienen repercusiones graves en la salud pública, así como algunos contaminantes fisicoquímicos, entre ellos materia orgánica que genera procesos que propician que haya más lirio acuático, lo que afecta al ecosistema.
Guerrero de León advirtió que por el tipo de empresas que se ubican en el corredor industrial de El Salto, “se puede deducir que hay presencia de contaminantes emergentes como fármacos, nanoplásticos y plaguicidas, pero actualmente no han sido monitoreados”.
Recalcó que todo lo anterior provoca una “crisis hídrica”; sin embargo, el gobierno no ha evitado las constantes descargas que se hacen a la cuenca; “se sabe que hasta 94 por ciento de éstas no son sometidas a tratamiento previo”.
Belkis Sulbarán Rangel, también investigadora del CU Tonalá, destacó que hay un proyecto que se inició hace cuatro años con el que se tiene la intención de utilizar las nanofibras de agave como base para crear un flitro que ayude a limpiar el agua del cuace.