Contra viento, marea y los sexenios depredadores, la expropiación petrolera cardenista llega a su 84 aniversario, y, como ayer lo subrayó el presidente López Obrador, “reafirmamos nuestro compromiso de rescatar esta industria del abandono y la corrupción que estuvo a punto de destruirla durante el periodo neoliberal; con una irresponsabilidad bárbara, desde los años 80 del siglo pasado se optó por extraer petróleo de manera irracional: se sobreexplotaron yacimientos como Cantarell; se dejaron de construir refinerías y se dejó sin mantenimiento a las existentes; se desmanteló por completo la industria petroquímica y, como resultado de esta deliberada acción destructiva, nos convertimos en importadores de gasolinas, diésel, gas y otros derivados del petróleo; esta saña se explica por la enfermiza corrupción que prevalecía y por el odio dogmático del conservadurismo hacia la propiedad que es de todas y todos”.
Seis gobiernos al hilo intentaron desaparecer la participación del Estado, pero “aunque avanzó la privatización y el despojo, con la llegada de nuestro gobierno estamos poniendo un alto al saqueo y levantando la importante industria petrolera nacional. El general Cárdenas no se equivocó al nacionalizar el petróleo para convertirlo en palanca del desarrollo nacional. Tenemos que seguir su ejemplo y no permitir que intereses particulares, nacionales o extranjeros, se apoderen de lo que es de la nación; terminemos de limpiar la corrupción en Pemex, lo mismo en la Comisión Federal de Electricidad; estas empresas del pueblo tienen que ser ejemplo en administración honesta de los bienes del pueblo”, dijo el mandatario.
En el acto conmemorativo, celebrado en Minatitlán, el director de Pemex, Octavio Romero, ofreció algunas cifras sobre lo alcanzado por la empresa productiva del Estado en tres años de gobierno de López Obrador. Destacan las siguientes:
Las reservas petroleras probadas disminuyeron 52 por ciento entre 2007 y 2018 (Calderón y Peña Nieto). En este gobierno se ha logrado detener y revertir esta tendencia y año con año hemos restituido la reserva extraída y la hemos incrementado.
En enero de 2019 la producción mensual de crudo alcanzó su mínimo histórico (un millón 642 mil barriles por día) después de 15 años de caídas constantes; con una nueva estrategia exploratoria, el desarrollo acelerado de campos nuevos, el incremento en perforación, el mantenimiento a la producción base, la exploración y explotación temprana de bloques adyacentes a los campos productores y un nuevo enfoque basado en resultados y en la rendición de cuentas, se logró estabilizar la producción de hidrocarburos líquidos en 2019 y 2020, y a partir de 2021 tenemos incrementos hasta llegar hoy, 18 de marzo, a un millón 801 mil barriles diarios.
Lo anterior ha generado una producción incremental de 649 mil barriles por día. “De no haber sonado la campana de la democracia en julio del 2018 la producción habría seguido cayendo y hoy sería de un millón 150 mil barriles diarios. Por el contrario, nosotros esperamos cerrar este año con una producción superior al millón 900 mil por día”.
Con Calderón se desarrollaron 19 campos y 12 con Peña Nieto; en los primeros tres años del actual gobierno estamos desarrollando 32 campos. La declinación de la producción en tiempos de Calderón y EPN se dio a razón de 106 mil y 138 mil barriles por día, promedio anual, respectivamente. Con AMLO el resultado ha sido el desarrollo acelerado de nuevos campos, que han pasado de 7 mil barriles diarios en 2019 a 354 mil barriles a marzo de 2022.
En promedio, la producción diaria de los principales petrolíferos (gasolina, diésel y turbosina) alcanza 251 mil barriles. Con Deer Park y la rehabilitación de las refinerías nacionales se incrementa 104 por ciento la producción de combustibles de Pemex (de 359 mil barriles producidos en 2018 a 733 mil en febrero de este año).
Las importaciones han disminuido de 833 mil barriles diarios en 2018 a 436 mil en febrero de 2022, 48 por ciento menos. Si descontamos la producción de Pemex Deer Park, las compras netas de Pemex de gasolina y diésel se reducen a 210 mil barriles, una cuarta parte de lo que se importaba en 2018.
Las rebanadas del pastel
“¿Quién es Zedillo?”, se pregunta López Obrador, y él mismo responde: “un personaje que impone Salinas y luego traiciona al mismo Salinas. Sería bueno que le preguntaran a CSG quién es Zedillo”.