La guerra entre Rusia y Ucrania tiene el potencial para reducir en un punto porcentual el crecimiento de la economía mundial en el primer año y acelerar la inflación en 2.5 puntos, debido a su efecto en los precios de las materias primas y los mercados financieros, estima la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Como parte de las políticas para reducir el impacto del conflicto en otras economías, la organización recomienda que los gobiernos amortigüen el incremento en los precios de la energía, para evitar su traslado a las finanzas de los hogares, al tiempo que se busca un mercado más orientado a la seguridad energética y se establecen incentivos para garantizar la transición verde.
“Aunque Rusia y Ucrania son relativamente pequeños en términos de producción, son grandes productores y exportadores de alimentos, minerales y energía claves. La guerra ya ha provocado considerables conmociones económicas y financieras, particularmente en los mercados de productos básicos, con el alza vertiginosa de los precios del petróleo, el gas y el trigo”, explicó.
En diciembre, la OCDE publicó su informe de Perspectivas económicas en el que proyectó un crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial de 4.5 por ciento en 2022 y de 3.2 por ciento para el próximo año. Ésos son los estimados sobre los que advierte una reducción de casi una cuarta parte de continuar el conflicto entre Rusia y Ucrania, y los mayores efectos los prevé en la Unión Europea.
Agregó que las economías avanzadas de la región de Asia-Pacífico y América no tienen vínculos comerciales y de inversión tan fuertes con Rusia, incluso algunas son productoras de materias primas. Sin embargo, el crecimiento se verá afectado por una demanda mundial más débil y el impacto de los precios más altos en los ingresos y gastos de los hogares.
La OCDE recomendó que en el corto plazo los gobiernos “amortigüen” el golpe de los precios más altos de la energía y promuevan la diversificación de sus fuentes en la medida de lo posible. “En el caso de los alimentos, una mayor producción en los países de la OCDE, la abstención del proteccionismo y el apoyo multilateral a la logística ayudarán a los países más afectados por la interrupción del suministro de Rusia y Ucrania”, añadió.
Expuso que la guerra “ha subrayado la importancia de minimizar la dependencia de Rusia para las importaciones de energía”, recomienda a los gobiernos “reconsiderar la idoneidad del diseño del mercado con miras a garantizar la seguridad energética y establecer incentivos para garantizar la transición verde de una manera con apoyo público”.