Buenos Aires. El Senado aprobó anoche el proyecto de ley del Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el refinanciamiento de la deuda de 45 mil millones de dólares contraída en 2018 por la administración de Mauricio Macri.
La iniciativa fue sancionada con 56 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones.
El debate se desarrolló en un marco de fuertes tensiones en el oficialista Frente de Todos (FdT), mientras, otra vez, militantes de organizaciones sociales y de los movimientos y partidos trotskistas protestaban contra el FMI y la política gubernamental, en las calles aledañas al Congreso.
La iniciativa fue aprobada por la Cámara de Diputados la semana pasada. La conducción del debate estuvo a cargo de la presidenta provisional, la legisladora Claudia Ledesma Abdala, luego de que tras abrir la sesión, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kichner se retiró.
Senadoras oficialistas y opositoras se solidarizaron con Fernández de Kirchner por el ataque a su despacho durante los incidentes ocurridos la semana pasada en una manifestación contra el organismo financiero internacional en las afueras del Congreso.
La legisladora oficialista Silvia Sapag habló de un “ataque artero” a la vicepresidenta, “a lo que ella representa y a la institución y a la democracia” y repudió “a quienes organizaron y ejecutaron” las agresiones. La opositora Carmen Álvarez Rivero manifestó su solidaridad con Fernández de Kirchner, al igual que la también opositora Silvia Giacopo, quien manifestó su repudio a la violencia al recordar que viene de un partido como el “radicalismo, donde son bases la tolerancia a las ideas y el respeto al que piensa diferente. Nacimos de la discusión y del debate”, sostuvo.
Estas agresiones fueron protagonizadas por un grupo que apedreó las ventanas de la oficina de la vicepresidenta en el Congreso destrozando los vidrios, parte del mobiliario y poniendo en peligro la vida de la ex mandataria, su hijo el diputado Máximo Kirchner y otros dos legisladores con los que estaban reunidos.
Se estableció que las ventanas de las oficinas de Fernández de Kirchner estaban marcadas con rojo, presuntamente como parte de un plan hostil, lo que permitió que el grupo disparara piedras con certeza en una acción premeditada incluso sacando las piedras de un contenedor dispuesto en la vía pública, lo que es responsabilidad del gobierno opositor de la ciudad de Buenos Aires, que tampoco había puesto seguridad alrededor del edificio, ni vallado, aunque se sabía que podían registrarse incidentes. Es decir, se dejó territorio liberado; tras la indagatoria ya hay varios detenidos como responsables.
Por su parte, el senador oficialista Ricardo Guerra, presidente de la Comisión de Presupuesto, acusó al gobierno de Macri de haber especulado políticamente de su vínculo con las autoridades del FMI, en este caso la ex titular Christine Lagarde, quien violó las propias normas de esa organización internacional para hacer el préstamo de 54 mil millones de dólares.
Destacó la difícil situación que vive la administración de Alberto Fernández, a quien le fue entregado un país en virtual default, a lo que se añadió la pandemia de covid-19. “Podremos dejar atrás el momento más difícil y complejo de la herencia recibida”, expresó Guerra y recordó que este debate se produce en el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Entre las exposiciones, se destacó la de María Eugenia Catalfamo, oficialista, quien advirtió que se trata de una deuda que contrajo el gobierno de Macri, destacando que “no se construyó nada que se asemeje a mejorar la calidad de vida del pueblo argentino con este dinero, que fue usado para mantener viva la especulación financiera y la posterior fuga de capitales”.
La parlamentaria del FdT María Inés Pilatti Vergara anticipó que rechazaría el acuerdo, porque va a prolongar la “agonía y que el default (cesación de pagos) lo vamos a sufrir tarde o temprano. (…) todos sabemos lo que son las imposiciones del FMI, que no es otra cosa que tremendos ajustes”, y en este caso es una estafa premeditada del gobierno de Macri.
“El fondo otorgó un préstamo por encima de lo que sus estatutos le posibilitaban asignar a nuestro país. El pueblo argentino nunca fue amigo de estas instituciones", añadió. La tarde del jueves, el vocero del FMI, Gerry Rice, en conferencia de prensa en Washington sostuvo que “nuestro punto de vista es que un amplio apoyo político y social en Argentina será crítico para el éxito general del programa económico. Una amplia aceptación del propio programa es clave”, y reiteró que el organismo financiero nunca exigió que el acuerdo sea aprobado por el Congreso, defendiendo el programa económico elaborado por las autoridades argentinas, que calificó de “pragmático y realista”.
Agregó que “la nación sudamericana está siendo afectada por la guerra en la subida de precios” y que el fondo está evaluando el impacto de esa carestía, pero las afectaciones dependerán de la duración de la guerra.
Sin embargo, la mayor preocupación es lo que se perfila como una crisis en el FdT, con dos definidas posiciones que se confrontan.
A lo anterior se añade el descontento popular ante la política exterior del gobierno de Alberto Fernández, al que algunos sectores critican por no haber establecido una posición nacional de neutralidad sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, la Organización del Tratado del Atlántico Norte y Estados Unidos.