Ciudad de México. A pesar de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, la escases de componentes y microprocesadores para la producción de vehículos, México sigue ofreciendo ventajas competitivas en comparación con otros países, además de ser uno de los principales hubs manufactura a nivel mundial, señaló Francisco Bautista, Socio Líder de Manufactura Avanzada y Movilidad de Ernst & Young (EY) Latinoamérica Norte.
En el merco de la conferencia de prensa sobre la “Perspectiva de la Industria Automotriz en México”, el especialista dijo que el 27% del PIB proviene de manufactura avanzada, 90% de la industria manufacturera representa valor exportable y genera 4.3 millones de empleos.
Como consecuencia del actual entorno de incertidumbre, las empresas manufactureras nacionales en México muestran una contracción en sus planes de inversión. No obstante, en 2021 la manufactura en el país creció aproximadamente 16.3% y continúa ofreciendo ventajas competitivas en comparación con otros países; por ejemplo, costos de producción y mano de obra competitivos, cercanía con Estados Unidos y Canadá, atractivos programas de exportación y el T-MEC. Cabe destacar, que las 6 entidades que contribuyen con mayor porcentaje del PIB de manufactura son Coahuila, Querétaro, Estado de México, Aguascalientes, Guanajuato, Puebla y San Luis Potosí.
Francisco Bautista señaló que también existen riesgos, como la alta dependencia de exportaciones con Estados Unidos, la falta de mano de obra calificada y la reducción de la demanda nacional. “La inflación del 7%, sin duda representa un impacto en la oferta y la demanda en la industria automotriz, así como otras consecuencias como presiones en la cadena de suministro por escasez de microprocesadores. Por un lado, el impacto en la oferta se ve reflejado en el incremento en el costo de los insumos y mano de obra, escasez de insumos y aumento en los costos de transportación. Por el otro, el impacto en la demanda (ventas nacionales y exportaciones), se puede observar en el incremento del precio de los vehículos, aumento en las tasas de interés y créditos, así como cambios en las preferencias de los consumidores (vehículos híbridos y eléctricos)”, explicó.
Asimismo, dijo que la pandemia de COVID-19 provocó la escasez de semiconductores para la industria automotriz, lo que ha ocasionado limitaciones en la cadena de suministro, incluyendo la paralización de la producción.
Indicó que este desabasto tendrá consecuencias a corto, mediano y largo plazo para la industria; por ejemplo, en el corto plazo, los fabricantes de automóviles de todo el mundo han detenido o ralentizado temporalmente la producción de vehículos. En tanto, a mediano plazo, los operadores de la cadena de valor tendrán que emprender iniciativas para combatir el desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Finalmente, en el largo plazo, se deberá considerar un suministro alternativo para los requerimientos de semiconductores, ya que el desequilibrio entre la oferta y la demanda, aunado a la situación geopolítica, se convierte en una preocupación para los principales mercados.
“Los fabricantes de automóviles tendrán que colaborar con las fundidoras para mejorar la visibilidad de la capacidad. Además, la industria automotriz tendrá que reevaluar su cadena de suministro, sus inventarios y sus capacidades internas para evitar una crisis similar en el futuro”, añadió Bautista.
Presión en insumos para la industria automotriz.
- Lithium
-- Ion: el incremento en la demanda de vehículos eléctricos continuará generando presión para incrementar la producción.
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Semiconductores: modelo just in time generó un gap en la producción. La industria terminal automotriz tendrá que reevaluar su modelo de compras, inventarios, supply chain y capacidades internas de producción.
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Acero: presiones por incrementar la producción y reducción de restricciones arancelarias continuarán siendo una prioridad. Las compañías productoras de acero buscan reducir emisiones de carbón.
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Aluminio: el precio del aluminio se encuentra a su máximo nivel en los últimos 10 años. La demanda y retos a las cadenas de suministro continuarán generando presiones a corto y mediano plazo.