Además de que el país es el principal consumidor mundial de agua embotellada, la población sufre por los altos niveles de contaminación de cuencas y ríos, ocasionados, entre otras causas, por el limitado tratamiento de aguas residuales y al incumplimiento de industrias de la normatividad de descargas. Esto ha llevado al deterioro de los ecosistemas y problemas de salud, como insuficiencia renal, entre otros padecimientos, advirtieron expertos y afectados.
Aunque el viernes pasado se publicó en el Diario Oficial la actualización de la norma 001 sobre aguas residuales, se estableció un año para su entrada en vigor y cuatro años para cumplir con parámetros como el color, explicó Omar Arellano de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Ante ello, propuso un decreto de veda para las zonas de emergencia ambiental con la finalidad de evitar que siga creciendo el establecimiento de plantas industriales.
Alan Carmona, de la organización un Salto de Vida, sostuvo que si bien los altos niveles de contaminación se dieron con una norma que no se cumplió, la nueva regulación está destinada al fracaso si no hay más recursos para establecerla, “sin vigilancia y sanciones, los resultados no se reflejarán en la calidad del agua”.