Nueva York. El presidente Joe Biden y su gobierno continuaron acusando a Vladimir Putin de cometer crímenes de guerra y lo calificó como un “dictador asesino”, se autocongratuló por enviar más armas sofisticadas a Ucrania y como ha sido el caso desde el inicio del conflicto, no reconoció su propio papel en provocar la crisis ni presentó alguna propuesta de como frenar la guerra.
Un día después de declarar que su contraparte rusa es “un criminal de guerra”, Biden, en un evento festejando el Día de San Patricio, subrayó que Irlanda y otros están unidos “en contra un dictador asesino, y un matón que está realizando una guerra inmoral contra el pueblo de Ucrania”.
Su secretario de Estado, Antony Blinken, dijo este jueves estar de acuerdo con Biden en calificar a Putin como criminal de guerra, aunque subrayó que esto es “una opinión” que aún requiere documentación y un proceso legal para definirlo como tal, algo que “nuestros expertos” están haciendo. Señaló que “intencionalmente apuntar contra civiles es un crimen de guerra… y es difícil concluir que los rusos estén haciendo otra cosa”.
Más aún, Biden advirtió que Estados Unidos cree que “Moscú podría estar preparando el escenario para el uso de una arma química” con lo cual falsamente acusar a Ucrania del hecho para justificar la intensificación de su guerra, que Rusia también enviará mercenarios a Ucrania y que “es probable que de manera sistemática secuestren a funcionarios locales para sustituirlos con títeres”.
Biden, una vez más, no hizo ninguna referencia a procesos de negociación para una salida a la guerra, mientras que Blinken expresó su escepticismo sobre las negociaciones en curso entre Rusia y Ucrania por la actitud de Moscú. El jefe de la diplomacia estadunidense no ofreció nada en torno a impulsar una negociación ni si Estados Unidos está dispuesto a participar en ese proceso.
Biden tiene una llamada programada con el presidente chino Xi Jinping este viernes pero en lugar de tratar de nutrir la posibilidad de una paz negociada, Blinken decidió advertir a China que tiene una responsabilidad de “usar su influencia con el presidente Putin y defender las reglas y principios internacionales que dice defender”. Regañó a los chinos que por “negarse a condenar esta agresión” y acusó que aparentemente están “planeando ayudar directamente a Rusia con equipo militar que se usará en Ucrania”. Si procede así, “no dudaremos de imponerle costos”, advirtió.
Críticos señalan que todo esto - junto con la retórica y propaganda oficial caracterizando a la dirigencia rusa como, otra vez más, como las fuerzas del mal en el mundo y hasta como el nuevo Hitler - no contribuye a lo que todos saben es necesario: promover una solución negociada tan pronto posible.
Algunos señalan diario que el gobierno estadunidense sigue empleando una retórica sin ninguna autoridad moral en torno al respeto de soberanías, de derecho internacional y crímenes de guerra. Chris Hedges, veterano periodista de guerra, Premio Pulitzer y ahora feroz crítico de la política exterior estadunidense señala que “la hipocresía de Estados Unidos es asombrosa. Los crímenes que está realizando Rusia en Ucrania son más que iguales que los crímenes cometidos por Washington en Medio Oriente a lo largo de las últimas dos décadas”.
Mas aun, Hedges recuerda que fueron figuras tan prominentes de la cúpula política estadunidense como Henry Kissinger y George F. Kennan - ambos arquitectos y estrategas claves de la guerra fría - quienes advirtieron desde los noventa que una expansión de la OTAN llevaría a un regreso a la guerra fría, detonaría un conflicto con Rusia y seria posiblemente el error mas grave de política exterior de la era pos el fin de la URSS y el Pacto de Varsovia.
La insistencia de Washington y sus aliados europeos de ampliar la OTAN en violación de la promesa de occidente a Rusia al fin de la guerra fría ha generado las condiciones para este conflicto, señala Hedges en scheerpost.com. Advierte que la decisión de Washington y sus aliados de militarizar aun más la respuesta a la invasión rusa es “una receta para una guerra global. La historia, como también todos los conflictos que he cubierto como un corresponsal de guerra, han demostrado que cuando empiezan los posicionamiento militares, frecuentemente es poco lo que necesita para incendiar la pira fúnebre”.
A la vez, la guerra de propaganda sigue nutriendo la ruso-fobia en Estados Unidos, generando amenazas a comercios pequeños rusos y poniendo en riesgo o castigando a figuras deportivas, artísticas y académicas rusas en en este pais.
La Asociación de Estudios Eslavos, Europeos de Este y de Eurasia, junto con la Asociación Americana de Antropología, la Asociación Americana de Historia y varias más se expresaron en contra de “la vinificación y exclusion de nuestro estudiantes y colegas bielorrusos” mientras se repudia la guerra de Rusia en Ucrania.