Puerto Príncipe., Miles de médicos, enfermeras y otros profesionales de salud comenzaron el pasado lunes un paro de tres días en Haití, en protesta por el aumento de los secuestros perpetrados por pandillas. La gente quemó neumáticos y bloqueó carreteras para apoyarlos.
Centros médicos, públicos y privados, permanecieron cerrados en Puerto Príncipe y otras ciudades. Sólo las salas de urgencias admitieron pacientes.
“Vivimos una situación catastrófica y nadie está protegido”, denunció el doctor Louis Gerald Gilles, quien el martes cerró su consulta privada en el vecindario de Delmas tras el reciente secuestro de dos colegas. “Ningún profesional está protegido. Hoy es un médico, mañana podrían entrar en la oficina de un abogado o un arquitecto”.
Los secuestros en Haití aumentaron 180 por ciento en el último año, con 655 casos reportados a la policía, según un informe publicado a mediados de febrero por el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas. Las autoridades creen que el número es mucho mayor porque muchos casos no se denuncian.
“Ningún grupo social se libra: entre las víctimas hay jornaleros, comerciantes, líderes religiosos, profesores, médicos, periodistas, defensores de los derechos humanos y ciudadanos extranjeros”, indicó el reporte.
Los recientes secuestros de dos médicos asustaron al personal del Hospital General de Puerto Príncipe, donde los miembros del sindicato se reunieron el martes y concluyeron que la situación era cada vez más difícil desde el asesinato, el pasado 7 de julio, del presidente Jovenel Moïse.
Acusaron al gobierno del primer ministro, Ariel Henry, de no liberar los fondos que necesita el Ministerio de Salud para servicios básicos, y añadieron que es preocupante la falta de seguridad.
“Pueden entrar aquí, llevarse a cualquiera y marcharse sin preocupaciones”; dijo Guerline Jean-Louis, celador de hospital, de 44 años, quien se sumó a la huelga. “Por eso apoyamos el movimiento”.
No fue posible contactar a funcionarios del ministerio haitiano de Salud para pedir comentarios.
Algunos pacientes, como Mario Fleurimon, maestro de primaria de 39 años, no estaban al tanto de la huelga.
El martes pasado acudió a una clínica y la encontró vacía, salvo por un guardia de seguridad. Aunque frustrado porque no pudo ver a un médico para una consulta relacionada con su diabetes, expresó su apoyo a la huelga.
“Debería haber un alzamiento general para combatir la inseguridad”, manifestó.
En un comunicado, la Asociación Médica de Haití exigió que el gobierno presione para que los médicos sean liberados sin condiciones y tome medidas para “detener la ola de inseguridad que nos despoja de nuestro derecho fundamental a vivir en libertad”.
Uno de los médicos secuestrados fue liberado el martes, aunque en un primer momento se desconocían las condiciones de su liberación.
El primer ministro Ariel Henry ha prometido combatir a las pandillas, mientras Estados Unidos y otros países han ofrecido recursos y formación para ayudar a una fuerza policial corta de personal y financiamiento.
Estaba previsto que el paro de médicos terminara ayer, pero otra huelga de la Asociación de Propietarios y Conductores comenzará hoy, en protesta contra el robo de vehículos en la población de Martissant, muy afectada por la violencia de pandillas enfrentadas que han secuestrado o asesinado a varios residentes, muchos de ellos en autobuses públicos.