La Habana. Cuba sentenció a más de 100 manifestantes en La Habana a penas de entre 4 y 30 años de cárcel por los actos de violencia cometidos en las manifestaciones del año pasado en la isla, las mayores desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
El Tribunal Supremo de Cuba dijo en un comunicado el miércoles por la noche que los condenados, la mayoría de zonas pobres y marginadas de la capital cubana, participaron en las protestas de julio e "intentaron subvertir el orden constitucional de forma violenta".
Los manifestantes sentenciados habían recibido "instrucciones impartidas por personas tanto desde Cuba como desde el exterior", dijo el Tribunal. Cuba culpó previamente a Estados Unidos de financiar y animar los disturbios de julio.
"Lanzaron piedras, palos, botellas y cócteles molotov contra agentes del Ministerio del Interior y otros trabajadores de instituciones estatales a quienes causaron lesiones", y añadió que también habían provocado "graves daños materiales".
En las protestas del 11 y 12 de julio participaron miles de personas que salieron a las calles en manifestaciones sin precedentes en pueblos y ciudades de la isla. Muchos corearon "libertad", furiosos por la escasez de alimentos, medicinas, los cortes de electricidad, en un momento en que los casos de coronavirus se habían disparado en Cuba.
Más de 700 personas en Cuba han sido acusadas de delitos relacionados con los disturbios de julio por vandalismo, desórdenes públicos, resistencia al arresto, y agresión contra personas o propiedades, entre otros, según el Tribunal.
Alcide Firdo, de 47 años, de la Güinera y padre de Jaime Firdo, de 22 años, que fue condenado a 11 años de prisión por sedición, consideró que la sentencia fue muy elevada.
"Son demasiados años solo por haber tirado unas piedras", dijo Firdo. "Lo que están haciendo con estos muchachos es inhumano, están destruyendo una vida joven", añadió.
Grupos de derechos humanos, el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea han criticado los juicios. Argumentan que carecen de transparencia y que las largas sentencias de cárcel han sido desproporcionadas frente a los delitos cometidos.
Más de 30 de los acusados en La Habana recibieron penas de entre 20 y 30 años tras las rejas, mientras que decenas fueron sentenciados a entre 4 y 20 años.
Los sentenciados aún pueden apelar sus condenas, dijo el máximo tribunal de Cuba.