El precio de la tortilla, uno de los parámetros que suele utilizar el gobierno para evaluar el efecto de la política salarial de los pasados tres años, está en vilo por el encarecimiento internacional de los granos básicos, los cuales han aumentado su cotización en una proporción incluso mayor a la del petróleo.
En lo que va de la actual administración, una vez iniciados los incrementos al salario mínimo, el precio de la tortilla ha aumentado 31.42 por ciento, prácticamente el doble que el 15.39 por ciento de la inflación general, muestra el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía.
Una de las políticas centrales de la actual administración es la recuperación del poder de compra del salario mínimo, el cual ha avanzado 47.54 por ciento real –descontado el desgaste por inflación–- desde enero de 2019, sin contar la zona norte del país (donde los incrementos han sido mayores). Sin embargo, la remuneración diaria de trabajadores formales lo ha hecho apenas 26.37 por ciento, exhiben datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Desde el año pasado en que la inflación general comenzó a registrar tasas más altas, en parte por el rebote tras el cierre de la economía al inicio de la pandemia, y por precios más altos de los combustibles, el Presidente recalcó que mide su efecto en el número de kilos de tortilla que se pueden adquirir con un salario mínimo.
Al cierre de febrero el precio de la tortilla a nivel nacional fue de 18.89 pesos, de acuerdo con el promedio del SNIIM, 4 pesos con 52 centavos más alto que al concluir enero de 2019. Los costos más recientes varían por región –en Puebla el promedio es de 12.94, mientras en Sonora escala a 24.11 pesos–, pero el encarecimiento es generalizado.
Bajo el parámetro que suele utilizar el presidente Andrés Manuel López Obrador para medir el poder adquisitivo del minisalario, en febrero pasado se podían comprar 9.2 kilos de tortillas con el salario mínimo general y 13.8 con el de la zona libre de la frontera norte. Ambas cifras se encuentran por arriba de los 7.1 y 12.3 kilos que, respectivamente, se podían adquirir en enero de 2019.
El salario mínimo no se refleja como tal en un mayor poder adquisitivo de los trabajadores formales. De acuerdo con el promedio registrado ante el IMSS, con un sueldo se podían adquirir 25.9 kilos de tortillas en enero de 2019; si éste era de un hombre alcanzaba para 3.4 kilos más que con el de una mujer.
Con los precios actuales se pueden adquirir menos kilos de tortilla, 24.9 en términos generales. Si se tiene el salario de un hombre alcanza para comprar 26.2 kilos, pero si es el de una mujer se reduce a 22.9 kilos, dada la brecha de género que persiste en el país.
Organismos internacionales han prendido alarmas sobre los riesgos de inseguridad alimentaria a escala internacional, dado el conflicto entre Ucrania y Rusia, países que no sólo son exportadores de granos como el trigo, sino de fertilizantes que se usan en la producción agrícola de otras economías.
Datos reportados a inversionistas por Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, exhiben que los granos son parte de las materias primas que más se han encarecido en el último año. El trigo, base del pan, acumula un aumento de 38.73 por ciento en su cotización internacional, mientras el maíz, ingrediente central de la tortilla, se ha encarecido 23.14 por ciento. Esto frente al incremento de 26.21 por ciento en el WTI y de 25.56 por ciento el barril de Brent.