Ajado por diversas circunstancias como gobernador de Nuevo León (al igual que su esposa, la virtual cogobernadora, Mariana Rodríguez), Samuel García Sepúlveda ha llevado a la cárcel a su antecesor, Jaime Rodríguez Calderón, autodenominado El Bronco, por presuntos delitos electorales relacionados con la obtención tramposa de firmas de apoyo para la candidatura presidencial “independiente” de 2018.
Es indefendible el falsamente Bronco: priísta dinosáurico durante varias décadas, en 2015 fue lanzado experimentalmente como candidato “independiente” a la gubernatura de su estado natal (Galeana, Nuevo León, 28 de diciembre de 1957). La retórica de Rodríguez Calderón fue contraria a lo que practicó durante su vida partidista anterior y pretendió encarnar una rebeldía ante el sistema, lo cual les funcionó electoralmente bien a esos empresarios y políticos del mismo sistema, que con esa engañifa siguieron manteniendo el control estatal.
En 2018, en una jugada que buscaba vender su declinación o apoyo a otro candidato, tal vez José Antonio Meade, postulado por el PRI sin pertenecer a él, Rodríguez Calderón utilizó personal y recursos del gobierno estatal para conseguir firmas de apoyo a su postulación sin partido, la cual consiguió y, de manera lamentable fue registrada y avalada por los órganos federales electorales, instituto y tribunal.
El 11 de abril de 2018, en esta columna se escribió: “Ya con Margarita Zavala Gómez del Campo se había perfilado esa disposición del árbitro electoral a hacer cesiones y concesiones a la subcultura de la transa, al hacerla candidata independiente a pesar de que también practicó anomalías sistemáticas en el proceso de obtención de firmas de apoyo a su pretensión de aparecer en la boleta electoral, apenas habiendo saltado del trapecio panista. Con el sedicente Bronco fue la sublimación (pasando de la Reina de las Fotocopias al Rey de la Simulación): el gobernador con licencia (Rodríguez Calderón) ejecutó, con una sagacidad políticamente congénita, una amplia gama de trampas: simulación, falsificación, financiamiento oscuro, aprovechamiento de recursos públicos” (https://bit.ly/3tenwhC).
Casi un mes y medio después, se consignó aquí la denuncia de un joven abogado fiscalista, de 30 años, Samuel Alejandro García Sepúlveda, encumbrado localmente a nombre de Movimiento Ciudadano, que denunciaba un “ilícito contundente”: “que los servidores públicos (del gobierno de Nuevo León) en días y horas hábiles le juntaron 19 mil firmas a Jaime Rodríguez; eso es delito, es un delito que va de los tres a los siete años de prisión, llevan aparejados multas y destituciones y, en caso de que seas candidato, la pérdida del registro”. Además, se planteaba la posibilidad de que hubiera “lavado de dinero o desvío de recursos del Estado” (https://bit.ly/3MWKyRO).
Habrá de verse, en el rejuego político neoleonés, e incluso en el marco de la competencia interna de MC por la candidatura presidencial de 2024, si la detención de Rodríguez Calderón es solamente un recurso efectista de Samuel García para otorgarse bonos, y pronto está el ex gobernador fuera de peligro judicial (en enero de 2017, el mismo Jaime vio a su antecesor, Rodrigo Medina, ser encarcelado durante 19 horas y nada más) o se está en presencia de un acto justiciero que, en ese caso, debería abarcar otros actos de corrupción de los muchos que cometió el falsamente Bronco.
Astillas
Un periodista más ha caído: Armando Linares, socio de Monitor Michoacán, fue ejecutado a tiros en su casa en Zitácuaro, según las primeras referencias. Un mes y medio atrás había sido asesinado el reportero de ese mismo portal, Roberto Toledo… Cerraron filas los dirigentes partidistas y legislativos de PAN, PRI y PRD a favor de Sandra Cuevas, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Ciudad de México, en problemas judiciales. Pero tal “apoyo” apenas tuvo cierto registro mediático. No más… ¡Hasta mañana!
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