Las autoridades federales aprovecharon que Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo, líder del cártel del Noreste (CDN) modificó su esquema de seguridad, y las labores de inteligencia del gobierno federal permitieron que en 16 minutos fuera detenido y sacado de su área de influencia por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Este narcotraficante, involucrado en la masacre cometida en 2011 en Allende, Coahuila, también ha generado en años recientes violencia en San Luis Potosí, Zacatecas, Tamaulipas y Nuevo León.
Luego de que fue capturado y trasladado a instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) en la Ciudad de México, sorpresivamente fue conducido vía aérea a Tijuana, Baja California, y entregado a autoridades de Estados Unidos en calidad de deportado, tras confirmarse que es ciudadano de ese país, que se encontraba ilegalmente en México y que en territorio nacional no existen órdenes de aprehensión en su contra por delitos federales. Además, se corría el riesgo de que jueces del fuero común (que libraron dos mandamientos en su contra) pudieran liberarlo.
Para el gobierno mexicano, la detención de Treviño Chávez, ”representa un golpe contundente a la cúpula de poder del CDN”, señalaron integrantes del gabinete de seguridad. Durante una conferencia de prensa, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSP), Rosa Icela Rodríguez, rechazó las versiones de que la detención obedeció a la visita del secretario de Seguridad Nacional estadunidense, Alejandro Mayorkas.
Fue “un golpe certero a una de las organizaciones criminales más importantes del noreste del país, con influencia en por lo menos cinco entidades y con operaciones en Estados Unidos”, afirmó la funcionaria.
Con información de Antonio Heras, corresponsal, y La Jornada Baja California