Todas las economías del mundo resentirán un crecimiento más lento y una inflación más rápida como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania; en América, los efectos, aunque indirectos, se verán en el encarecimiento de los alimentos y la energía, advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Es probable que los altos precios de las materias primas aceleren significativamente la inflación en América Latina y el Caribe, que ya enfrenta una tasa anual promedio de 8 por ciento en cinco de las economías más grandes: Brasil, México, Chile, Colombia y Perú”, detalló el organismo.
Los efectos de mayores precios en los productos básicos varían por país. Por ejemplo, el encarecimiento del petróleo perjudica a los importadores de América Central y el Caribe, pero los exportadores del hidrocarburo, cobre, mineral de hierro, maíz, trigo y metales pueden cobrar más por sus productos y mitigar el impacto en la actividad económica.
Los economistas del FMI consideraron que, si bien las condiciones financieras “siguen siendo relativamente favorables” para los países de la región, la intensificación del conflicto puede dificultar el acceso a los mercados. En consecuencia, políticas monetarias más estrictas de los bancos centrales pesarán sobre el crecimiento.
Agregaron que Estados Unidos tiene pocos vínculos con Ucrania y Rusia, lo que diluye los efectos directos, pero la inflación ya estaba en un máximo de cuatro décadas antes de que la guerra impulsara los precios de las materias primas, lo cuál implica que éstos podría seguir a la alza, a medida que la Reserva Federal comience a subir las tasas de interés.
El FMI detalló que a escala mundial, los impactos del conflicto entre Rusia y Ucrania fluirán a través de tres canales principales. El primero es vía los precios más altos de productos básicos como alimentos y energía, que aumentarán por encima de la inflación general, lo que a su vez reducirá el valor de los ingresos y afectará la demanda.
“Rusia y Ucrania son importantes productores de materias primas y las interrupciones han provocado que los precios mundiales se disparen, especialmente el petróleo y el gas natural. Los costos de los alimentos se han disparado con el trigo, para el cual Ucrania y Rusia representan el 30 por ciento de las exportaciones mundiales, alcanzando un récord”, agrega el organismo en una publicación.
El FMI detalló que el segundo impacto es a las economías vecinas a los países en conflicto, sobre todo porque se enfrentarán a la interrupción del comercio, las cadenas de suministro y las remesas, así como a un aumento histórico en los flujos de refugiados.
Y, por último, habrá una reducción de la confianza empresarial y mayor incertidumbre de los inversionistas que pesará sobre los precios de los activos, lo que a su vez hará más difícil y costoso el acceso al financiamiento y posiblemente provocará salida de capitales de los mercados emergentes.