París. La rapidez y la intensidad de las sanciones económicas y financieras decididas contra Rusia las harán eficaces, pero Europa debe dejar de comprar petróleo y gas rusos, dijo el Premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, en una entrevista con la AFP.
“La capacidad [de Rusia] para hacer la guerra (…) se verá alterada” por las repercusiones sobre su economía de las sanciones, consideró el economista al margen de una conferencia sobre “el futuro de Europa” en París.
“Perdieron importantes cantidades de equipo militar (…) y tendrán que remplazarlo. ¿Pero tienen la capacidad industrial y financiera? Es discutible”.
Uno de los principales elementos del éxito potencial de las sanciones es “la rapidez con que fueron impuestas”. “Si se aplican gradualmente, [los rusos] pueden adaptarse”, señaló Stiglitz, quien saludó la rapidez con que los europeos actuaron desde la invasión de Ucrania.
Sin embargo, consideró “difícil” saber si el impacto de las sanciones en la población rusa y los oligarcas podría empujar a Vladimir Putin a flexibilizar su posición respecto a Ucrania y el conflicto.
“Hay tanta propaganda de desinformación, que los ciudadanos rusos acusan a Occidente y no a Putin” de las sanciones que sufren, como restricciones a importaciones, salida de algunas empresas extranjeras o devaluación del rublo, señaló.
Pero dijo que los europeos “deberían dejar de comprar gas y petróleo rusos”, que le facilitan al régimen financiar su guerra en Ucrania.
Estimó que el impacto “podría ser compensado” “compartiendo la carga” entre los Estados europeos más o menos dependientes del gas ruso.
La Unión Europea (UE) descarta por ahora dejar de comprar gas y petróleo ruso, una medida que ya tomó la administración de Joe Biden en Estados Unidos. Algunos países, como Alemania o los Estados bálticos, que importan más de la mitad de su gas de Rusia, no tienen una alternativa a corto plazo.
Europa y Estados Unidos podrían hacer “una enorme presión sobre Arabia Saudita, Abu Dabi o los Emiratos Árabes Unidos y aligerar las sanciones contra Irán y Venezuela para obtener suministros de petróleo” suplementarios, abundó el economista.
Preocupación “desproporcionada” por la inflación
Europa y Estados Unidos deben “hacer lo que puedan para proteger a los países y a los individuos, que son los más afectados” por las sanciones en su propio territorio, apuntó.
“En algunas democracias, hay grupos que sufren [por las sanciones] y podrían manifestarse, así como partidos políticos que podrían aprovecharse” de esas protestas, advirtió, por lo que abogó por una acción común en los presupuestos a nivel de la UE.
El ex consejero económico del expresidente estadunidense Bill Clinton dijo antes, en la conferencia, que la posición de China será también crucial para garantizar la eficacia de las sanciones.
El apoyo de China a Rusia preocupa a Estados Unidos. La Casa Blanca afirmó que “señaló claramente a China que no nos quedaremos sin hacer nada”, si un país suministra asistencia a Rusia.
China afirmó que no quiere “verse afectada por las sanciones”, a las que “se opone”.
En el contexto de las sanciones y la aceleración de la inflación, en particular de los precios de la energía y de las materias primas, por la guerra en Ucrania, el premio Nobel de economía 2001 consideró “desproporcionada” la preocupación, pues consideró que ese fenómeno será “temporal”.
“Desde un punto de vista político, es un problema”, dijo. Pero “no hay ninguna razón económica que justifique preocuparse por un nivel de inflación de 5 o 6 por ciento, e incluso 7 u 8 por ciento”, subrayó.
Stiglitz puntualizó que no se dan las condiciones para que se forme un círculo vicioso de aumento de los precios y los salarios, y que los mercados anticipan por el contrario una bajada de la inflación a mediano plazo.