“El legado de Vicente Rojo (1932-2021) en nuestras vidas es mucho más profundo e íntimo de lo que solemos reconocer”, afirmó el caricaturista Rafael Barajas El Fisgón al participar en el conversatorio-homenaje De la letra al trazo, organizado en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con motivo del aniversario 90 del pintor, escultor y diseñador gráfico el pasado martes.
Más que acercar el legado de Rojo al público, “hay que crear consciencia de que allí está”, sostuvo el monero de La Jornada.
Rojo perteneció a una talentosa generación que cambió al país, creó lo que Carlos Monsiváis llamaba la ‘universidad Vicente Rojo del diseño’, porque formó un grupo “fantástico” de diseñadores. Era muy “didáctico” y sabía hacer amable la lectura para que las personas leyeran, expuso el caricaturista, quien luego propuso “realizar un ejercicio colectivo consistente en adivinar la influencia de Rojo en su entorno.
“Podríamos establecerlo a nivel de escuela de diseño porque hay un an-tes y un después de su trabajo. El grueso de los grandes diseñadores de México son su producto”, apuntó Barajas, curador en 2014/2015 de la exposición Aforismos y grafismos. Vicente Rojo y Carlos Monsiváis, en el Museo del Estanquillo.
“Me gustaría que en alguna universidad se creara una cátedra con su nombre para que la ‘universidad Vicente Rojo’ se perpetúe en las escuelas de diseño de México.”
Propuso que Vicente Rojo Cama o Alejandro Magallanes “hicieran un libro con las portadas del diseñador gráfico”. Rojo Cama, hijo del homenajeado, dijo que en la gran mayoría de las casas de México, así como en las bibliotecas, hay “por lo menos un libro cuya portada fue diseñada por mi padre, ya sea para Era, el Fondo de Cultura Económica, Joaquín Mortiz u otra editorial”.
El acto corrió a cargo de la Dirección General de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial y de la Conservaduría del Palacio Nacional de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Su titular, Adriana Castillo Román, recordó que Rojo donó a esta dependencia varias piezas por medio del programa Pago en Especie. “Contamos en total con 51 obras, de las más de 100 con las que Rojo pagó sus impuestos al Estado”, añadió.
Don Vicente fue amigo entrañable de Carlos Monsiváis. Para Henoc de Santiago, director del Museo del Estanquillo, “la relevancia de la obra de Rojo para el recinto se debe en mucho a la presencia casi tutorial que tuvo en la vida de Monsiváis. La cantidad de obra de Rojo es abrumadora en las colecciones del museo: entre obra plástica y dibujos contamos con alrededor de 50 piezas, y otro medio centenar que todavía está en casa de la familia de Monsiváis, en la colonia Portales. Esperemos que en algún momento se integren también al museo”.
La figura de Rojo “nos ha ayudado a contar la historia de este grupo cultural tan privilegiado que tuvimos en la segunda mitad del siglo XX y las primeras dos décadas del XXI” señaló De Santiago, quien destacó que tanto el primer proyecto editorial como el último de Monsiváis fueron hechos de la mano de su amigo Vicente Rojo. Se trata de Principados y potestades (1969) y Lírica sacra, moral y laudatoria (2009), que incluye 48 aforismos de Monsiváis y 24 grabados de Rojo.
El mismo año que Alejandro Magallanes empezó a estudiar diseño gráfico en la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas, visitó la exposición Vicente Rojo: 40 años de diseño gráfico, montada en 1990 en el Museo de Arte Carrillo Gil. “Allí fue donde comencé a aprender realmente”, indicó. Festejó que se haya celebrado el cumpleaños de su mentor en una noche lluviosa porque una de sus series de pintura se llama México bajo la lluvia.
Para el homenaje se montó una exposición en el patio del Museo de Arte de la SHCP con piezas de la colección Pago en Especie y una selección de textos. Permanecerá hasta finales de marzo en Moneda 4, Centro Histórico. La entrada es gratuita.