La tormenta Celia está impulsando una masa de aire cálido llena de polvo desde el norte de África hasta Europa, afectando la calidad del aire en varios países, según The Independent.
España se vio particularmente afectada. Funcionarios locales aconsejaron a los ciudadanos que usaran cubrebocas cuando estuvieran afuera y evitaran el ejercicio al aire libre. Las personas con alergias y problemas respiratorios son particularmente vulnerables a los picos en la contaminación del aire por partículas pequeñas.
Aunque son perjudiciales para la salud humana, las nubes de polvo traen minerales cargados de nutrientes del Sahara, el desierto más grande y caluroso del planeta, a la vida oceánica y la vegetación.
Las tormentas de arena y polvo ocurren de forma anual cuando los vientos poderosos y calientes barren los suelos sueltos en tierras áridas.
En el verano de 2020, una enorme tormenta de polvo, llamada Godzilla, barrió casi 24 toneladas desde el Sahara hasta América del Norte y del Sur. Era tan vasto que los astronautas tuitearon fotos de la nube de polvo de la Estación Espacial Internacional.
Después de que Godzilla se esparció, la NASA utilizó datos satelitales y modelos por computadora para estudiar las plumas. Si bien las nubes de polvo aún variarán de un año a otro, los científicos predicen que las plumas serán las más pequeñas en 20 mil años este siglo debido al calentamiento del océano ocasionado por el clima.
Esto se debe a que las temperaturas de la superficie del mar tienen un impacto directo en la velocidad del viento. Si el calentamiento ocurre en el norte del Océano Atlántico, entonces los vientos alisios se debilitarán y pueden transportar menos polvo del desierto.
Esos vientos más débiles también significan que las bandas de lluvia tropical pueden moverse más fácilmente hacia las regiones desérticas, manteniendo la arena húmeda y menos propensa a ser arrastrada.
Las nubes de polvo más pequeñas son parte de un ciclo de retroalimentación que está aumentando el calentamiento global. Las partículas en el aire tienen la capacidad de reflejar el Sol, por lo que con menos suspendidos, más luz solar y calor llegan al agua del océano, lo que hace que se caliente aún más.
La gran masa de polvo, llamada calima en España, “ha degradado la calidad del aire en grandes partes de ese país, Portugal y Francia”, informó el Servicio de Vigilancia Atmosférica Copérnico de la Unión Europea, que rastrea la nube.
Aunque el fenómeno afectó sobre todo a España, el polvo llegó mucho más allá y dejó un color ocre en autos en París, un anaranjado en los Alpes Suizos y un polvo fino en una gran área del continente europeo.
El Agencia Estatal de Meteorología y otros expertos calificaron el fenómeno de “extraordinario” debido a la cantidad de polvo en el aire, aunque no se batieron récords.
“El episodio es muy fuerte, pero esto pasa en febrero o marzo cuando una borrasca en Argelia y Túnez recoge polvo y lo lleva a Europa. Puede llegar al Reino Unido e Islandia, como el año pasado”, declaró a The Associated Press Carlos Pérez García, investigador del polvo atmosférico.
Con información de Ap