Ciudad de México. Cada vez que Annie Lennox pisa el aeropuerto de Londres tras uno de sus muchos viajes humanitarios, la aborda un sentimiento muy específico. “Estos proyectos me han dado un pasaporte. Tuve la oportunidad de ir de forma directa a los centros de crisis por violación, orfanatos, y de ser llevada a hospitales, escuelas y clínicas. Realmente pude sumergirme en el mundo de la pobreza”, contó la cantante del dúo de techno-popochentero Eurythmics a The Independent.
“Fue muy profundo, puedo asegurarlo. Cada vez que volvía al aeropuerto en Reino Unido tenía esta sensación interior de… quiero que todos se den cuenta”, detalló Lennox, ícono británico cuyo estatus la ha llevado a hacerse de una colección de cuatro Grammys, una base de seguidores consistente hasta hoy día y una postura en torno al humanitarismo.
Si bien ahora goza de una exitosa carrera, su lugar en la música no siempre fue cómodo. Lennox tuvo que desempeñar diversos trabajos de medio tiempo para mantenerse mientras estudiaba, provenía de una familia de clase trabajadora de Aberdeenshire, Escocia.
“Fue una especie de agitación en mí”, explicó al referirse a cómo empezó a interesarse por causas humanitarias, antes de ser una prolífica estrella, incluso “quería utilizar cualquier voz que tuviera hacia el empoderamiento, la inspiración, la justicia”. No sólo invierte su voz, también pone tiempo y dinero en una organización sin fines de lucro llamada SING, y en The Circle, una ONG fundada después.
La gran causa que ocupa a The Circle es el feminismo mundial, que Lennox y su equipo se encargan de difundir. Su mensaje consiste en que el problema de una mujer es el de todas las mujeres, sin importar su geografía. La ONG reúne a activistas y les brinda apoyo financiero y práctico, tanto en temas legales, como para lograr metas establecidas hacia el empoderamiento económico y el fin de la violencia contra mujeres y niñas.
“Nuestro nombre se sintió perfecto, porque se trata de esta noción de conectarse, tomarse de las manos y pararse codo a codo”, señaló Raakhi Shah, CEO de la organización. “Se trata de llevar a todos lados una mesa, física o metafórica”. Para ellas, la noción de feminismo debería ser mundial e interseccional.
Campaña en la Unión Europea
Algunos de sus proyectos actuales incluyen la campaña para que la Unión Europea legisle en torno a un salario digno para los trabajadores de confección, que enfrentan unas de las condiciones laborales más precarias del mundo. Colaboran con Kalpona Akter, una de las cofundadoras de Bangladesh Centre for Workers Solidarity. También tienen centros en Sri Lanka, un programa de liderazgo en Uganda y apoyan la red de periodistas de Marie Colvin.
Para el Día Internacional de la Mujer lanzaron una nueva campaña: “Hear Her. Empower Her” (Escúchala. Empodérala), para apoyar mujeres en todo el mundo. El objetivo es amplificar las voces de las que han sobrevivido al abuso y la pobreza, y tratar de erradicar algo de la vergüenza que perpetúa el círculo. Debido a los ataques militares en Ucrania, sus esfuerzos estarán centrados en ayudar a las mujeres que están dentro o huyen del país.
“Cada vida perdida, abuso o acto violento cometido en contra de una mujer o chica o niña, o cualquier persona, nos deja tambaleándonos de manera colectiva”, afirmó Lennox sobre la cantidad de feminicidios que se registraron en el mundo el año pasado. “La cosa es que sabemos que no todos son necesariamente reportados y categorizados de la misma forma. Sólo cuando los medios sacan la historia recibe suficiente cobertura. Lo que quiero decir es que cada una es tan trágica como la otra. No hay distinciones bajo mi mirada. Cuando escucho sobre una persona que perdió la vida, me horroriza”, expresó.
“También sé que hay una cultura de la violación, de la violencia, del asesinato, del acoso, de todo en todas partes. Ese es el gran mensaje detrás de cada historia individual, de estas tragedias en la vida de una personas. Afecta a familias, a comunidades, a países. Así que imaginate si se reportara cada vida perdida durante la última década…”, destacó Lennox.
La prioridad de Annie Lennox es The Circle. Lo que empezó en una cena, es ahora una operación polifacética que tiene presencia en docenas de países. “Es casi un estilo de vida para mí. Lo mejor que podemos hacer es inspirar a la gente a tomar acción. Eso es porque estamos todas un poco abrumadas, para ser franca”, precisó Lennox.
“Eso es algo con lo que tengo que luchar, en lo personal, porque soy muy porosa de alguna forma. Como cuando veo las fotos de mujeres en Ucrania, a punto de dar a luz en sótanos, me deshace. Esa clase de terror me hace dudar hasta el punto de no saber qué hacer. Luego pienso, bueno, mi solución es el trabajo que ya estoy haciendo. Creo que para una persona como yo, el privilegio que tengo de estar segura y cómoda significa que debo contribuir. Considero esencial encontrar mi manera de contribuir”, estima la cantante.
La ONG, sus actividades y donaciones, se pueden conocer en www.thecircle.ngo