Esta semana se prevé que el Pleno del Senado ratifique el Convenio 190 de la OIT respecto a la Eliminación de la Violencia y el Acoso en el Mundo del Trabajo, adoptado en Ginebra en junio de 2019. A la fecha 10 países ya lo han ratificado. El objetivo de dicho convenio es la eliminación de esos delitos, los cuales reconoce que constituyen una violación a los derechos humanos y que son una amenaza para la igualdad de oportunidades.
Las comisiones dictaminadoras resaltan que en el primer trimestre de 2019, un total de 23 mil 500 personas abandonaron su trabajo por acoso, con una tasa de 43.5 por cada 100 mil ocupadas.
Los senadores destacan en el dictamen que otros estudios muestran la prevalencia y variedad de la violencia laboral que sufren las personas. Por ejemplo, en 2014 el Inegi realizó la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia, a fin de medir, entre otros asuntos, la victimización sufrida por jóvenes que tenían entre 12 y 29 años al momento de la encuesta.
De las personas que dijeron trabajar en ese entonces y que fueron víctimas ese año de distintos delitos y maltratos, un porcentaje sobresaliente reportó como responsables de la violencia a sus compañeros de trabajo, según se indica en ese estudio.
Asimismo, se refiere que 32 por ciento de los hombres y 36.5 por ciento de las mujeres que fueron objeto de burlas, apodos hirientes, rumores o mentiras, además de exclusiones por sus gustos, físico o ropa, señalaron a sus compañeros de trabajo como los agresores.
Éstos también fueron acusados por 20.1 por ciento de las mujeres y 6.2 por ciento de los hombres que fueron víctimas de un encuentro sexual no deseado, así como por 19.6 por ciento de los hombres y 4.4 por ciento de las mujeres que fueron víctimas de una agresión física.
Los compañeros de trabajo, se abunda en el estudio, también fueron señalados como responsables de tocamientos indeseados, daño a objetos personales, robos, extorsiones, chantajes a través de mensajes de texto y amenazas. Estos datos muestran que en el trabajo, y a manos de sus compañeros, las personas sufren diversos tipos de violencia.
El Convenio representa una oportunidad histórica para configurar un futuro del trabajo basado en la dignidad y el respeto para todos. Además, se detalla en el dictamen, dicho convenio se aplica a todos los sectores –público o privado– de la economía tanto formal como informal en zonas urbanas o rurales.