El tipo de cambio y el limitado crecimiento en la plataforma de producción de Petróleos Mexicanos (Pemex), entre otros factores internos y externos, explican las pérdidas financieras de la empresa estatal, cuya situación es más compleja respecto a la solidez que tiene la Comisión Federal de Electricidad (CFE), señalaron expertos en materia energética.
La petrolera reportó una pérdida de 224 mil 363 millones de pesos el año pasado, monto que si bien fue menor 56 por ciento respecto al observado en 2020, no reflejó mejores resultados.
Arturo Carranza, experto del sector energético, destacó que la situación financiera de Pemex es compleja, en parte por la falta de crecimiento de la plataforma de producción que ronda entre un millón 600 mil y un millón 700 mil barriles diarios, lo que no permite obtener mayores flujos de efectivo.
“Pemex está apostando a elevar la producción de hidrocarburos por medio de modelos en los que los riesgos financieros operativos caen en su cancha y no se comparten con privados, eso no le permite dar este salto de rana para aumentar sus flujos de efectivo”.
Apuntó que el dinero producido en la parte de extracción sirve para cubrir parte del negocio, por lo que recurre a Hacienda para capitalizarse al no poder contratar deuda con instituciones financieras.
Agregó que a pesar de que el año pasado sólo pagó 54 por ciento del derecho de utilidad compartida –tributo por la extracción de crudo– y el precio internacional del crudo aumentó, “no le alcanzó” para recuperarse y cubrir sus necesidades de inversión, pues también el tipo de cambio la afectó, ya que gran parte de su deuda –que asciende a 109 mil millones de dólares– está en moneda extranjera, sin contar el “atraso muy grande” en la refinación.
Ramses Pech, especialista en el sector energético, resaltó que “el problema que tiene no es en función de los rendimientos después de la operación, sino al introducir los costos financieros e impuestos, que es lo que genera que Pemex se convierta en una empresa con balance negativo”.
Resaltó que “la empresa desde el punto de vista de su estructura de negocio tiene un retorno de dinero”, pero “el beneficio más rentable es la extracción de hidrocarburos y no la transformación de los mismos”.
Esto sucede porque Pemex no tiene un margen de rendimiento adecuado, sobre todo en la comercialización de los productos, pues gran parte son importados. “Es urgente entender que las refinerías no dependen de cuánto crudo le estés introduciendo, depende de cuánto es el porcentaje de volumen que estás obteniendo en función de cada barril que estás entrando”, insistió.
Ambos especialistas consideraron, por separado, que Pemex debe enfocarse en las áreas de negocios más rentables. Aunque Carranza aseguró que se tiene que reconocer el esfuerzo del gobierno por estabilizar la producción, también consideró que debería asumir riesgos con privados en la extracción.
Pech comentó que el mejor negocio de Pemex es la exportación.
Carranza comentó que a diferencia de Pemex, CFE posee una situación financiera más sólida a pesar de que reportó pérdidas el año pasado de 95 mil 371 millones de pesos, monto 10.90 por ciento superior en comparación con 2020.
Apuntó que los resultados negativos están asociados a coyunturas externas, como el incremento en los costos de los energéticos y las modificaciones laborales de los trabajadores. Agregó que tiene buen flujo de efectivo y una perspectiva mucho más clara y positiva.
La Jornada buscó la posición de Pemex y la CFE respecto a estos temas pero no obtuvo respuesta.