Nuevamente en déficit, la cuenta corriente registró en 2021 un saldo negativo de -4 mil 866 millones de dólares, y otro de -48 millones en la marginal cuenta de capital, los cuales sumados a un pasivo de 3 mil 086 millones en la cuenta financiera se saldan con un ingreso de 8 mil millones en la cuenta de ajuste errores y omisiones (Gráfico 1).

Casi 40 años de liberalismo de mercado hicieron crónico el déficit en cuenta corriente. Tener un superávit de 26 mil 210 millones en 2020, aun cuando fue propiciado por la caída del PIB, abrió una expectativa de corrección de nuestras cuentas externas que finalmente no se dio y regresamos al déficit en 2021 (Gráfico 2) con saldos en rojo en 3 de sus 4 balanzas:

Mercancías, la más importante y determinante de la cuenta corriente, fue superavitaria en 2020 (34 mil mdd) y deficitaria en 2021 (-11 mil 500 mdd).

Servicios (viajes, transportes, seguros, pensiones...), su déficit crónico fue en 2021 de - 11 mil 412 mdd (Gráfico 3).

Renta (utilidades de inversión directa, dividendos, intereses...), su déficit también crónico fue -32 mil 912 mdd (Gráfico 4).

Sólo la balanza de transferencias nos es firmemente favorable con un saldo que en 2021 llegó a 50 mil 926 mdd (Gráfico 5). Los ingresos específicos por remesas familiares de los migrantes fueron 51 mil 586.

La salida de capitales mexicanos al exterior en 2021 fue de -15 mil 339 mdd, cifra sensiblemente menor a la de años previos y en especial a los -45 mil 665 millones de 2020 (Gráfico 6). No obstante, para comparación, cabe mencionar que los capitales de mexicanos llevados a inversión financiera en el exterior suman en el trienio 2019-21 la cantidad de 72 mil 321 mdd, cifra equivalente a los 72 mil 204 m que el país obtuvo por ventas petroleras al exterior.

La tenencia de valores gubernamentales internos por no residentes sigue su favorable descenso a 81 mil 644 m (Gráfico 7).

México puede y debe tener un sector externo sano, sin fugas y firmemente superavitario para salir de deudas y dejar de depender del capital extranjero. El crecimiento y el desarrollo dependen de ello. El liberalismo comercial, de inversión y financiero, sin límites y reglas, nos es ruinoso.

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