Si bien la respuesta fiscal de los gobiernos de todo el mundo al choque de los precios de las materias primas aún está en gran medida en proceso, esto permite a los bancos centrales enfocarse en abordar las crecientes presiones inflacionarias, afirmaron analistas económicos de Barclays Economics Research.
Con el aumento vertiginoso de los precios de la energía que elevan el costo de la vida y a menudo también el de la producción, a niveles “inaceptablemente” altos, los gobiernos están alertas, listos para desplegar más apoyo fiscal.
Analistas económicos de Barclays explicaron que se planteó la idea de un nuevo paquete de apoyo financiado con deuda de la Unión Europea para hacer frente a la crisis energética e impulsar el gasto de defensa militar europeo, en lo que podría verse como un paso más hacia una eventual unión fiscal, pero aún no se concreta.
En Estados Unidos, el Congreso aprobó un paquete de gastos fiscales de 1.5 billones de dólares que financiará al gobierno federal hasta septiembre. El proyecto de ley, que incluye aumentos en el gasto para programas sociales nacionales y militares, también incluye fondos para la iniciativa de ley bipartidista de gastos de infraestructura recientemente promulgada.
En México subieron los estímulos fiscales que otorgan a la gasolina y el diésel, para evitar que los consumidores enfrenten costos más altos, en un contexto en el que los precios internacionales del petróleo crecen por la invasión rusa a Ucrania.
Así, con las presiones “estanflacionarias” y la incertidumbre complicando la política monetaria, el banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos está listo para subir la tasa de los fondos federales en un cuarto de punto porcentual el próximo miércoles, que por ahora se ubican en 0-0.25 por ciento, prevén analistas.
En EU, la inflación alcanzó un nuevo máximo de 40 años al ubicarse en 7.9 por ciento anual, debido principalmente a mayores costos de energéticos y alimentos.