El establecimiento del Área Natural Protegida (ANP) del Lago de Texcoco es saboteado por el grupo de ejidatarios y habitantes que estuvieron a favor del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en esa zona. Se trata de ex comisariados municipales y ex alcaldes del PRI que buscan excluir 4 mil hectáreas de la propuesta de conservación y que ya están bajo el régimen privado, con argumentos como que los campesinos ya no podrán cultivarlas.

Han bloqueado avenidas y se manifestaron frente a Palacio Nacional en febrero para expresar su rechazo a la propuesta de creación de un área de protección de recursos naturales en 14 mil hectáreas en los municipios Atenco, Texcoco, Chimalhuacán, Ecatepec y Nezahualcóyotl. De esa superficie, 4 mil hectáreas son ejidales y 14 ejidos entran en esa poligonal, de acuerdo con el estudio justificativo del ANP de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Aunque en la creación de ANP no se considera la expropiación de tierra, sí se regula el uso de suelo para favorecer la conservación.

Jorge Daniel Fonseca, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, consideró que la declaratoria –que el gobierno federal preveía emitir el mes pasado– no se hizo debido a que los intereses políticos y económicos siguen presentes en el territorio, “si bien ya no está el proyecto del aeropuerto, los que tenían intereses en desarrollar proyectos inmobiliarios aún persisten”.

Recordó que cuando se puso en marcha el proyecto aeroportuario, cancelado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, comenzó la especulación por los terrenos cercanos a la obra y muchos de los que promovieron la venta de tierras cuando estaba el proyecto, “son los mismos que han movido grupos de choque en las comunidades desde 2001” y en 2014 impulsaron el traslado de dominio ejidal a dominio pleno, de esta manera los ejidatarios tienen la propiedad de la tierra y pueden venderla con asambleas fuera de la ley.

Campaña de desinformación

Esos mismos intereses son los que ahora se oponen al decreto y han generado “una campaña de desinformación y sembrado el miedo”.

Los opositores a la ANP dicen a los campesinos que sus tierras serán expropiadas y ya no podrán trabajarlas, que no recibirán apoyos para el campo y que el gobierno podrá disponer de sus tierras para otros proyectos. En asambleas de los poblados y en entrevistas radiofónicas divulgadas en redes sociales exponen estos argumentos.

Entre los que rechazan la ANP está Alejandro Santiago López, ex candidato del PRI al municipio de Atenco, quien en una protesta frente a Palacio Nacional dijo que “no estamos en contra del área protegida, sino de la restricción que tendrían para el uso de siembra en las tierras”. Según reportes periodísticos, en los últimos años ha participado en distintos conatos de violencia, como el de agosto de 2020 por el uso ilegal de un pozo en el parque Los Ahuehuetes en ese municipio.

Humberto Elizalde, ex comisariado ejidal de Tocuila, ha señalado en reuniones informativas de esa localidad, disponibles en Facebook, que como ANP sólo podrían sembrar espirulina, romeritos y otras especies que no servirían para el ingreso de las familias. En 2016, cuando estaba en marcha el proyecto aeroportuario, integrantes del FPDT presentaron copias de cheques por 3.3 millones de pesos por la presunta venta de tierras.

El pasado 3 de febrero hubo un bloqueo de un grupo de personas en el entronque de la carretera Texcoco-Lechería y Peñón-Texcoco en protesta porque las 4 mil hectáreas, que señalan son ejidales, quedarán incluidas en la ANP. Una de las asistentes fue Ana María Ramos Miranda, presunta ejidataria de Nexquipayac, ligada a Santiago López.

También está Andrés Ruiz Méndez, presidente municipal cuando se construía el NAIM y ex comisariado ejidal de Atenco, a quien presuntamente la Sedatu, con Rosario Robles al frente, le entregó 14 millones de pesos. Fonseca recordó que con el fallido aeropuerto en la zona se buscaban establecer desarrollos inmobiliarios, hoteles, zonas industriales y habitacionales.