Los tratamientos contra el cáncer pueden dejar numerosas secuelas en los pacientes: linfedemas (bloqueo de los vasos linfáticos), anemia, osteoporosis y neutropenia (nivel bajo de un tipo de glóbulos blancos denominados neutrófilos), advirtieron especialistas, en conferencia virtual.
Isabelle Aloi Timeus Salvato, fisioterapeuta oncológica, indicó que hay mayor riesgo de desarrollar linfedema cuando, debido a una terapia contra el cáncer, hubo un mayor número de ganglios extirpados o irradiados. Así, 33 por ciento de los pacientes con disección de ganglios axilares o radiaciones pueden generar esa condición.
“Depende mucho de qué ganglios quitaron, por ejemplo, en el cáncer de mama es común que irradien o quiten los de la axila. En los hombres, en el cáncer de próstata irradian parte de la pelvis y los ganglios inguinales”, explicó.
Un linfedema suele aparecer tras una cirugía oncológica y es una condición crónica y progresiva. “No es curable, pero sí controlable”, por lo cual debe tratarse de forma temprana, comenta. De lo contrario, piernas o brazos pueden adquirir un gran grosor que limita el movimiento, genera mucho dolor y daño emocional.
A su vez, Daniel Motola, oncólogo médico añadió que el tratamiento puede derivar en osteoporosis e hipercalcemia y también puede haber metástasis ósea cuando la neoplasia avanza.
Por el procedimiento para atacar el cáncer de mama, hasta 27 por ciento de mujeres pueden desarrollar osteoporosis; en el de próstata, 55 por ciento de los hombres presentarían osteopenia, así como 18 por ciento osteoporosis, y de los niños sobrevivientes, entre 25 y 65 por ciento pueden padecer pérdida de la densidad ósea.
La oncóloga Patricia Cortés Esteban dijo que la neutropenia febril es una complicación frecuente en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia. Se calcula que “50 por ciento de los enfermos con neoplasias sólidas y más de 80 por ciento con neoplasias hematológicas presentan algún episodio en el curso del tratamiento”.
Afección frecuente
La neutropenia febril ocurre en “casi ocho de cada mil pacientes a quienes se da quimioterapia” y agregó que la disminución de neutrófilos “es responsable de una morbilidad considerable, ya que entre 20 y 30 por ciento de los enfermos presentan complicaciones que requieren manejo intrahospitalario”.
Finalmente, la nutrióloga Norma Ortiz expuso que la anemia es “frecuente en pacientes con cáncer; 72 por ciento de quienes desarrollan neoplasias hematológicas y 62 por ciento con tumores sólidos presentarán anemia en algún momento del curso evolutivo del diagnóstico. A veces se deriva de mala alimentación, pero también se relaciona con el tamaño de los tumores y su localización y pueden provocar sangrados”.