Londres. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, y su prometida Stella Moris se casarán dentro de diez días, si las autoridades británicas cumplen con el calendario acordado.
"Actualización sobre la boda: ¡Belmarsh ha fijado nuestra boda Miércoles, 23 de marzo, a las 1 pm", escribió Moris, abogada de origen hispano y madre de los dos hijos pequeños del fundador de Wikileaks en su cuenta de Twitter.
Belmarsh es el penal de máxima seguridad del sureste de Londres, donde el profesional australiano lleva preso desde abril de 2019, mientras dure la batalla legal y política contra su extradición a Estados Unidos.
Assange no tiene cargos pendientes con la justicia británica desde hace unos dos años y medio.
Estados Unidos reclama la entrega del ex director de Wikileaks por obtener y publicar cientos de miles informes secretos de acciones militares en Irak y Afganistán, diplomáticos y sobre los presos de Guantánamo, que revelaron crímenes de guerra y otros abusos graves.
El último auto de procesamiento enumera 18 cargos distintos, que se penalizan en su conjunto con hasta 175 años en prisión.
La pareja se casará en una ceremonia civil en presencia de sus dos hijos, de cuatro y tres años, los testigos y un par de invitados, además de varios guardias del penal.
El novio, de 50 años, vestirá falda escocesa, diseñada por la modista de alta costura y veterana activista de Derechos Humanos, Vivienne Westwood, según adelantó Moris al dominical Mail on Sunday.
Ella lucirá vestido largo y un distinguido corsé del estudio de la diseñadora británica.
"No es la boda que hubiéramos planeado, en una iglesia en el mundo externo, rodeados de familiares y amigos", explicó Moris al semanario.
La abogada conoció a Assange al ingresar en su equipo legal, hace más de diez años, y, según desveló en la entrevista, ambos darán el paso de formalizar su extraordinaria relación "por amor, por nosotros, por nuestros hijos, y porque han paralizado la vida de Julian durante demasiado tiempo, le han robado años de estar con su familia".
"Es inaceptable", protestó al tiempo que lamentó la actitud de las autoridades, que les denegaron permiso para casarse en la capilla del penal o para que un fotógrafo de su entorno retrate a los novios y demás escenas de la boda.
Recibirán, al menos, la bendición de un capellán católico dentro del recinto acorazado de Belmarsh.