A dos años del inicio de la epidemia de covid-19, que obligó al gobierno a cerrar las escuelas y a establecer un sistema de enseñanza a distancia, sustentado en la televisión nacional y en algunos casos utilizando tecnologías modernas, basadas en el uso de Internet, considero esencialmente necesario llevar a cabo una evaluación del estado actual de la educación, como la realizada con las pruebas Enlace que se aplicaron anualmente, entre 2008 y 2015, a los estudiantes de los grados finales de primaria, secundaria y bachillerato, ya que nos permitiría contar con un diagnóstico de la educación, esencial para conocer los niveles actuales de conocimientos y habilidades de nuestros estudiantes y asegurar que estén en condiciones de comprender los nuevos conocimientos que se pretendan otorgarles y discutir con ellos. (Un ejemplo de lo que puede pasar es que se intente enseñar fracciones a niños que aún no saben multiplicar ni dividir.)
Considerar que con las clases masivas que se daban por televisión los programas de estudio han sido cubiertos de manera adecuada, puede llevar al sistema educativo a un problema mayor al que seguramente tenemos al día de hoy. La secretaría de Educación ha informado que este año se llevará a cabo la prueba Pisa que no se pudo aplicar en 2021 en razón de que los jóvenes de secundaria y bachillerato recibían clases en sus hogares.
Considero que esto es correcto mas no suficiente, en la medida que esta prueba se aplica sólo a una muestra reducida de estudiantes de 15 años de edad, por lo que sus resultados difícilmente nos podrán dar una idea de la situación actual de la instrucción en cada una de las entidades de la República. Esto me lleva a pensar que sería un craso error considerar que se debe continuar ahora con la cobertura de los planes de estudio como si nada hubiera pasado. Se trata, pues, de un problema serio, el cual se agrava seguramente por el estado en que dejó la educación el gobierno de Peña Nieto, sobre todo sabiendo que las políticas ejecutadas bajo el mando del secretario Aurelio Nuño significaron un retroceso de entre seis y ocho años respecto de los niveles existentes al inicio de esa administración.
También podemos pensar que, ciertamente, la pandemia afectó a todos los países del planeta por igual, por lo que su impacto económico será mínimo; sin embargo, es ingenuo creer que a todos les afectó con la misma magnitud, pues debemos considerar que en los más avanzados la cobertura de Internet ha sido total desde tiempo atrás, por lo que necesariamente sus profesores han sabido utilizarlo y aprovecharlo sin problema, ya que era utilizado como una herramienta común desde tiempos anteriores a la pandemia.
Mientras, en países como el nuestro son pocos los profesores que cuentan con esta experiencia.
Durante mas de 10 años, las pruebas Enlace fueron aplicadas en todas las escuelas del país, generando una cultura proclive a la evaluación que nos permitía detectar fallas y oportunidades para mejorar los niveles de conocimiento y las habilidades de nuestros estudiantes, y aun cuando tuvo inicialmente un nivel de rechazo en algunos sectores del magisterio, sus resultados fueron importantes y positivos. De hecho, por ello se convirtieron en una actividad significativa en la mayoría de las naciones latinoamericanas y, hoy como nunca, es necesario recuperarlas para mejorar los niveles de conocimiento de nuestros alumnos.
Sin embargo poco se ha hecho en esta dirección, quizá pensando que no es necesario o que haciéndolo no se logrará gran cosa, además de que una evaluación de tipo Enlace aplicada a los estudiantes de los últimos años de primaria, secundaria y bachillerato, implica un gasto considerable. No obstante, considero que de no realizarlas estaríamos cometiendo un grave error, que terminará teniendo consecuencias económicas, culturales y tecnológicas para nuestro país por las razones que ahora explico.
De acuerdo con los resultados de la prueba Pisa de 2018 (los últimos que tenemos), México estaba en el penúltimo lugar en matemáticas, entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Ahora bien, es claro que igual que México, todos los países adscritos a este organismo, que en su mayoría son europeos, han padecido y combatido los efectos de la pandemia igual que nosotros, teniendo así que suspender las clases presenciales en sus escuelas y seguramente por un tiempo mayor; sin embargo, sus sistemas educativos sí cuentan, indudablemente, con tecnologías de comunicación más avanzadas que el nuestro, incluyendo profesores mejor capacitados que los de nosotros. En cuanto al uso de las nuevas herramientas y facilidades que ofrece Internet, lo cual implica seguramente que la epidemía de covid los ha afectado menos en sus sistemas educativos, nos lleva a pensar que la brecha entre los países europeos y asiáticos con los nuestros debe haberse ampliado.
* Director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa