Miami. Estados Unidos aseguró ayer que seguirá con su política de presión hacia Venezuela después de que el presidente Nicolás Maduro liberó a dos presos estadunidenses y prometió reanudar las negociaciones con la oposición política de su país.
La decisión de Maduro tuvo lugar tras el viaje a Caracas de altos funcionarios de Washington durante el fin de semana, lo que sorprendió tanto a allegados al presidente venezolano como a sus opositores.
“Nuestra posición, la posición de Estados Unidos con respecto a Venezuela, no ha cambiado”, expresó Katie Tobin, asistente especial del presidente Joe Biden. “Seguimos muy preocupados” por las acciones de Maduro y “seguiremos presionando a Maduro para que que haga los cambios que tanto se necesitan”, expresó.
En los días siguientes a la reunión en Caracas se incrementó la presión para que Biden comience a levantar las sanciones a Venezuela, una política de la anterior administración republicana de Donald Trump para asfixiar a Maduro y que ha continuado el actual gobierno.
Desmienten acuerdo por petróleo
El viaje de los funcionarios estadunidenses a Venezuela tuvo lugar cuando Washington implementó sanciones a Rusia que bloquean las importaciones de petróleo por la invasión a Ucrania. Ese veto elevó los precios del combustible y se espera que tenga un impacto en la economía estadunidense, cuya inflación está en los mayores niveles en cuatro décadas.
Tras las medidas contra Rusia surgieron especulaciones de que Biden podría negociar con Venezuela la compra de su petróleo, pero varios funcionarios lo negaron.
“Fuimos allí con la misión específica de traer de regreso a los estadunidenses”, dijo Tobin en una conferencia telefónica en la que trató de focalizarse en temas migratorios. “Ése fue el enfoque puntual y exclusivo de ese esfuerzo”, aseguró la funcionaria del Consejo de Seguridad Nacional.