Existe un número fantasma entre las distintas ediciones que ha tenido desde hace más de 30 años la revista Generación, fundada y dirigida por el recientemente fallecido Carlos Martínez Rentería. Ese espacio que truncaba la larga colección –compuesta ahora por 158 ejemplares–, fue dejado a petición del propio poeta y periodista que con su visión dio forma a la publicación.
“En algún momento mi padre se brinca la numeración de Generación, por ahí del 52-53, y nos pide a diferentes amigos que ese número lo hiciéramos cuando él no estuviera, que fuera un ejercicio para terminar la colección de Generación dedicado a Carlos”, contó Emiliano Escoto, periodista, promotor cultural e hijo de Martínez Rentería.
Serán los relatos e historias de amigos que compartieron tiempo con el periodista contracultural los que nutran la edición que llenará finalmente ese número de Generación. Como parte del homenaje encabezado por Emiliano Escoto, también se ha logrado un espacio por el que Martínez Rentería estuvo abogando desde que la publicación a su cargo cumpliera 30 años.
“¿Por qué no presentamos esta exposición que mi papá intentó meter en museos, cuando la revista cumplió 30 años, y la presentamos ahora como un homenaje a lo que él realizó?”, pensó Emiliano cuando la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México se acercó a él para honrar a su padre.
Revista Generación, motor vital
La exposición, compuesta de una carpeta de 30 grabados bajo el tema del erotismo que Martínez Rentería pidió a varios artistas para conmemorar el trabajo de la revista, era también una manera de hablar de su quehacer como periodista. “Encontraba en Generación el motor vital, y el único motor vital de Generación fue mi papá. Fue un necio irrenunciable, él todo el tiempo estaba pensando cuál iba a ser el siguiente número de la revista”, recordó Escoto.
La dignidad de la certeza, como fue bautizada la exposición, fue un nombre que Emiliano escogió pensando en la filosofía de su padre. “Es la gran frase con la que abanderaba la revista. Él decía que lo que hacía era una serie infinita de equivocaciones. Si lograba sacar un nuevo número, era sacar una nueva equivocación. Y siempre defendía su postura diciendo la dignidad de la certeza es la equivocación. Podremos pensar que estamos consiguiendo logros, pero es mejor pensar que obtenemos nuevos desaciertos; porque si te estás equivocando tienes nuevas oportunidades para seguir haciendo”, explicó el promotor cultural.
De esa manera, Martínez Rentería veía por Generación, trabajando incluso hasta que la enfermedad no lo dejó seguir más. Fue presentando el número dedicado al estridentismo en la Pulquería Los Insurgentes, que el periodista mostró complicaciones por las que tuvo que ser internado. Por eso para Escoto la revista no volverá a ser lo mismo sin su padre. “Es imposible fingir que Generación seguirá siendo Generación después de Carlos. El número estridentista, el 158, es el último de la revista como la conocemos”, prevé.
Hambre periodística
La relación de Carlos Martínez Rentería con su publicación se alimentaba, de acuerdo con Emiliano, de dos fuentes. “Por una lado, era un hambre periodística que mi padre siempre tuvo. Jamás dejó de tener esta intuición natural de reportero, de buscar la nota, de encontrar lo nuevo, de rascar lo que nadie ha rascado de la cotidianidad, de los momentos que vive”, contó Escoto.
Por el otro estaba la visión del periodista sobre la contracultura, “todo el tiempo estar rastreando procesos contraculturales en los que tenía un hambre por encontrar lo nuevo. Y eso era Generación, encontrar lo nuevo, la provocación, la vanguardia; aun en las cosas más asquerosas, más escatológicas, más incorrectas; como en las más cotidianas, como en lo más mínimo”, dijo.
La exposición, también formada por una selección de las portadas más representativas de Generación en sus primeros 30 años, será inaugurada por artistas y otros promotores culturales que fueron cercanos a Martínez Rentería. Inti Muñoz, de la Secretaría de Cultura capitalina; José María Espinasa, director de la sede que alberga la muestra el Museo de la Ciudad; el escritor Juan Manuel Servín; la baterista y guitarrista Ali Gardoqui; y la artista performática Rocío Boliver, La congelada de uva; formarán parte de la mesa que se llevará a cabo hoy a las 17 horas, en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez 30, Centro Histórico.
Tras la inauguración de La dignidad de la certeza se rendirá otro homenaje a Martínez Rentería, en un ambiente lúdico e informal, con performances en la Pulquería Los Insurgentes, donde más amigos del periodista se reunirán, incluido Demián Flores, quien trabajó junto al fundador de Generación en la exposición originada en 2018.
Emiliano Escoto comparte con su padre una buena parte de su visión sobre la contracultura. “No puedo negar la escuela, las ganas de también rastrear lo nuevo, de también provocar la cultura en otros espacios que no sean la cultura, o que no sea la cultura institucional”, explicó.
El cambio y la transgresión
Del mismo Martínez Rentería surge lo que ahora Escoto entiende como contracultura: el cambio y la transgresión. “La definición que proponía mi padre, que era: la cresta de una ola en movimiento pensando en el mar de la cultura. La contracultura es ese momento, ese instante, en donde un ejercicio, una corriente, una postura tanto vital, como artística, irrumpe en la cultura. Que llega y la parte, la fractura. Y que a partir de esa rotura crea nuevos modos de hacer cultura. Por eso digo que la contracultura es el cambio, es la transformación”, concluyó.