Tapachula, Chis., Para contactar a un pollero que les ayude a llegar al norte del país, los migrantes en la ciudad chiapaneca de Tapachula, casi en la frontera con Guatemala, no necesitan buscarlos, basta con caminar en la carretera para que lleguen decenas que dicen serlo. Les ofrecen “casi a la fuerza” llevarlos al norte del país, ya que lo hacen con amenazas o al infundir miedo de que si no los contratan los deportarán, relató Edgar, un hondureño que lleva cuatro meses esperando una respuesta del Instituto Nacional de Migración (INM).
La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador programada para hoy no pasa desapercibida en esta ciudad. Desde hace unos días cientos de migrantes de distintas nacionalidades permanecen afuera de las oficinas del INM para exigir ser atendidos. “Dicen que va a venir el Presidente con alguien de Estados Unidos, y esperamos que nos hagan caso, que nos vean”, dijo Luis, un venezolano que llegó a finales de enero a territorio mexicano.
En las oficinas migratorias, que llevan más de un año con un retraso notorio ante la cantidad de solicitudes, se aceleraron los trámites desde hace 10 días. “Están adelantando las citas, han atendido muy rápido porque no quieren que haya protestas cuando venga el Presidente”, afirmó un migrante que se dedica a vender pupusas (platillo típico centroamericano que consiste en una tortilla gruesa rellena) en la calle mientras obtiene un documento que le permita llegar al estado de México o a la capital del país.
Enrique Vidal, coordinador de proceso en el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, confirmó que “casualmente hace una semana se aceleraron los trámites” y consideró que “sería una lástima” que al irse el mandatario volviera el retraso en la atención de solicitudes de visas por razones humanitarias que han pedido miles de migrantes en los meses recientes.
A pesar de que algunos se vieron beneficiados con la inusual agilidad burocrática, otros aún deben esperar más de un mes para ser atendidos.
Morris Bella, nacido en Camerún, pero quien pasó casi toda su vida en Venezuela, sostuvo que los que recurren a polleros lo hacen porque “el gobierno no deja otra opción”. “Tuve que recorrer muchos países y aquí es donde peor nos tratan”, agregó.