Moscú. Irán no cederá ante la presión extranjera que pretende obligarlo a reducir el poderío militar, sus posiciones en la región y el desarrollo de tecnologías nucleares, declaró ayer el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, en momentos en que el gobierno de la república islámica acusó a Estados Unidos de “complicar” los esfuerzos para reactivar un acuerdo sobre su programa atómico.
“La presencia en la región nos da una profundidad estratégica grande y la fuerza nacional, ¿por qué debemos renunciar a tenerlas? El desarrollo de las tecnologías nucleares y el progreso científico están vinculados con la posibilidad de satisfacer las demandas de nuestro país en el futuro próximo. Si no lo hacemos, ¿a quién y a dónde podremos tender nuestra mano de ayuda?”, declaró Jamenei, citado por la agencia Tasnim.
Agregó que sólo una persona muy ingenua podría hablar de la necesidad de disminuir el poderío defensivo. Desde hace varios meses, Teherán retomó en Viena las negociaciones con las grandes potencias para intentar salvar el acuerdo de 2015 que limita el programa nuclear iraní, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
En 2018, durante el mandato de Donald Trump, Washington se retiró del pacto y reimpuso restricciones que asfixian la economía iraní. Como respuesta, Teherán dejó de cumplir sus compromisos.
Hace una semana se preparaba en Viena una reunión para concluir un convenio que comprometiera de nuevo a Irán con el cumplimiento de las restricciones sus actividades nucleares, que avanzan rápidamente, y que hiciera que Estados Unidos se reincorporara al convenio.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, exigió inesperadamente el sábado garantías de que el comercio de su país con Irán no se vería afectado por las sanciones impuestas a Moscú por la invasión a Ucrania, una exigencia que las potencias occidentales consideran inaceptable y que Washing-ton ha insistido en no aceptar.
La demanda de Rusia enfureció inicialmente a Teherán y pareció ayudar a éste y a Washington a avanzar hacia un acuerdo en los pocos temas espinosos que quedaban, indicaron diplomáticos, pero una repentina andanada de comentarios públicos de funcionarios iraníes, incluido el líder supremo Alí Jamenei, sugirió ayer que el ánimo había cambiado.
“El enfoque de Estados Unidos a las demandas de principios de Irán, junto con sus ofertas irrazonables y la presión injustificada para llegar a un acuerdo apresuradamente, muestran que la Casa Blanca no está interesada en un acuerdo serio que satisfaga a ambas partes”, manifestó ayer Ali Shamkhani, un alto funcionario de Jamenei, en un mensaje en inglés en Twitter.
“En ausencia de una decisión política del gobierno de Joe Biden, las conversaciones se complican cada vez más”, agregó Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán.
Shamkhani no especificó cuáles eran las demandas, pero el hecho de que hubiera alguna contradecía la versión de cuatro funcionarios occidentales: que había un proyecto de texto final que sólo necesitaba pequeños ajustes, con la excepción de la cuestión abierta de las garantías a Rusia.
El negociador ruso Mijaíl Ulyanov afirmó ayer que las negociaciones en Viena no habían concluido cuando expresaron sus exigencias.
“Algunos nos quieren hacer responsables de la prolongación de las negociaciones. (Pero) estas negociaciones ni siquiera acabaron, ni tampoco lo está el texto final del acuerdo”, señaló.
Durante los pasados 40 años, Irán dedicó mucha atención a su desarrollo científico, tecnológico y militar; aumentó el armamento de sus fuerzas armadas, cada año aparecen nuevos aparatos no tripulados, buques y sistemas de armas desarrollados y fabricados en el país.
También desarrolla sus fuerzas espaciales. El 8 de marzo, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica lanzó el segundo satélite, Nur-2, a la órbita terrestre (500 kilómetros de altura).
Teherán, además, desarrolla tecnologías nucleares. En sus plantas de Fordo, Natanz y Arak se realizan estudios en el marco de un programa nuclear con fines pacíficos.
En la ciudad de Bushehr se encuentra la única central atómica, donde se construyen nuevos reactores, que permitirán aumentar considerablemente la generación de la energía eléctrica en el país, que todavía tiene desafíos de electrificación de las zonas pobladas cada vez más importantes.