Zhangjiakou. Con el puño alzado y un minuto de silencio por sus soldados, los deportistas ucranios protestaron ayer contra la invasión rusa en la villa paralímpica de Pekín.
Una pancarta con el lema “Paz para todos” escrito con los colores nacionales amarillo y azul, fue desplegada delante de las 46 banderas de las naciones que participan en los Juegos Paralímpicos de Invierno.
Delante de ella, con el puño levantado, una treintena de deportistas y miembros de la delegación ucrania, entre ellos varias mujeres luciendo una corona con girasoles.
La delegación aprovechó una pausa en los entrenamientos y en las carreras de biatlón y esquí de fondo para organizar una ceremonia en homenaje a sus compatriotas que han caído en el país, por los que se guardó un minuto de silencio.
Con medallas colgadas del cuello y entre lágrimas, Grygorii Vovchynskyi, campeón en esprint, condenó los bombardeos aéreos rusos sobre un hospital infantil en la ciudad asediada de Mariúpol (sudeste de Ucrania) la víspera.
Tres personas, entre ellas un niño, murieron en esa acción, según informó el ayuntamiento.
“Están bombardeando a nuestros hijos y mujeres, no puedo creerlo”, lamentó, apelando a que eso “se detenga ya”.
Su entrenador principal, Andriy Nesterenko, originario de Járkov, anunció por su parte que él y otros miembros del equipo no podrán regresar a sus hogares ya que una parte de la ciudad está destruida.
“Debemos detener la guerra”, clamó, no dudando en calificar a los soldados y al ejército ruso de “animales”.
A su vez, Anastasiia Laletina, de 19 años, no participó en la carrera en categoría sentados luego de conocer que su padre, soldado, “fue hecho prisionero por los rusos”, declaró la portavoz de la delegación, Nataliia Harach.
Por otro lado, el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), Andrew Parsons, indicó ayer que se mantiene a la espera de explicaciones de la televisión pública china luego de una aparente censura de su discurso contra la guerra durante la ceremonia inaugural de los Juegos, el pasado viernes.
La cadena CCTV no respondió a los cuestionamientos ni garantizó que un incidente similar no se repetirá el domingo en la clausura.
“Todavía esperamos su posición o una explicación. Queremos escuchar lo que tengan que decir”, mencionó.
“El siglo XXI está hecho para el diálogo y la diplomacia, no para la guerra y el odio. La tregua olímpica para la paz durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos debe ser respetada y cumplida, no violada. ¡Paz!”, había dicho el dirigente en su discurso.