En un intento por controlar los enfrentamientos entre aficionados, Argentina e Inglaterra han impulsado estrictos protocolos de seguridad, desde la creación de los stewards en la liga inglesa, así como la prohibición de barras visitantes, vallas en las entradas y camiones lanza agua en Sudamérica. Un contraste con México, donde la comunicación con los líderes de los grupos de animación es vital para evitar trifulcas.
“El barra brava es muy eufórico, pero no todos reaccionan de la misma manera ante la policía, algunos son más agresivos. Con el regreso tras la pandemia, muchos querían retomar el control en la tribuna”, dijo Adrián Olivera, subcomisario de policía y jefe de análisis deportivo en Córdoba, Argentina.
Una herida de bala provocó en 2013 la muerte del aficionado Daniel Jerez en un enfrentamiento durante un partido entre Estudiantes y Lanús. En reacción, la Asociación del Futbol Argentino expulsó a las barras visitantes en los partidos, medida que permaneció vigente hasta este año.
Pero en una liga donde los altercados son constantes, incluso entre aficionados del mismo equipo, la Cámara de Diputados propuso una ley antibarras, con la cual se buscaban penas por portación de armas y reventa de boletos. No obstante, los legisladores desecharon la propuesta.
Olivera, encargado de los operativos en el estadio Mario Alberto Kempes, casa de Talleres, explicó que desde la entrada a los recintos se han implementado medidas para controlar a los seguidores.
“Tenemos vallas en un formato serpenteado y las entradas terminan en embudo para que no entren en grupo, así baja la euforia, si venían cantando, gritando, poco a poco se quedan en silencio”, narró Olivera sobre una de las estrategias para intimidar a los aficionados.
En casos de grescas, la policía argentina no suele intervenir de manera directa o evita la violencia. “Recurrimos a los bomberos para lanzarles agua a los agresores, así detenemos los enfrentamientos y detectamos a los involucrados”.
Entre las medidas que aplicó Argentina, unos 21 oficiales de distintas provincias tomaron a finales del año pasado el Diplomado en Seguridad en espectáculos deportivos, impartido por los sociólogos Fernando Segura y Diego Murzi.
“Nos ayudó a ver elementos que no teníamos contemplados, sobre todo en el análisis social, entender lo que las personas sienten al entrar a un estadio”.
En Inglaterra crearon en 1990 leyes contra la violencia en los estadios y más tarde se implementaron los stewards, elementos de logística no institucionalizados como policías, pero capacitados de manera especial para disuadir a los aficionados violentos. Este modelo incluso se replicó en otros torneos europeos y llegó al Mundial de 2018.
En México, la seguridad de los recintos está a cargo de la policía local y de elementos privados contratados por los clubes.
El inspector Juan Carlos Romero Riquelme, encargado de la distribución de seguridad en el estadio Azteca, señaló que la comunicación con los líderes de los seguidores es trascendental.