La ciencia contemporánea está marcada por un claro carácter reduccionista y mecanicista, que la adapta a las necesidades del capitalismo, afirma el biólogo Julio Muñoz Rubio, coordinador del libro Proceso a los alimentos transgénicos, que publica Editorial Itaca.
Entre los temas que abordan los autores incluidos en el volumen, como Adolfo Gilly, Ramón Vera-Herrera, Andrés Barreda Marín, Silvia Ribeiro, Irina Castro, Cristina Barros y Les Levidow, destaca el contexto mundial capitalista de explotación despiadada y devastación de la naturaleza; la agresión de la agricultura industrializada y la agrobiotecnología contra los sistemas agrícolas tradicionales e independientes, así como el papel histórico-cultural del maíz en la alimentación en Mesoamérica y la ofensiva de las empresas de la industria alimentaria contra este grano esencial.
La aplicación de los conocimientos más recientes en biología molecular a la fabricación de organismos que sirven como alimentos “es una de las versiones más actuales de un desarrollo científico-tecnológico perverso, basado, además, en premisas teóricas y métodos cuestionados por nuevas evidencias. Quienes defienden la comercializacion de los alimentos transgénicos utilizan lenguajes falaces. Por tanto, la lucha contra éstos es por la verdad. Este libro es parte de esa lucha”, explica Muñoz Rubio en entrevista con La Jornada.
El investigador detalla que la ciencia reduccionista fue producto de la filosofía moderna originada en los siglos XVI, XVII y XVIII, “con Descartes a la cabeza. En el caso de la biología, ese tipo de ciencia adscribe a los genes todas las propiedades de los seres vivos, lo cual se refleja en la actualidad en la elaboración de los alimentos transgénicos, donde se propone que hay un gen de una especie determinada que se inserta a otra para decodificar una característica concreta.
“Es una explicación sencilla, pero el fundamento es esa visión profundamente vulgarizada y atrasada ante un hecho que es bastante más complejo. La ciencia reduccionista sirvió hace varios cientos de años para muchas cosas, pero ahora no se puede aplicar en automático y así de simple a una ciencia de sistemas vivos, mucho menos al funcionamiento de los genomas. El atraso científico es de unos 70 años y conceptualmente de varios siglos.”
Por fortuna, considera el coordinador del libro, “estamos viviendo la decadencia del capitalismo como sistema, pues ya no ofrece a futuro alternativas para la satisfacción de las necesidades más profundas del ser humano. El capitalismo se dirige a su destrucción total. No quiere decir que eso sucederá mañana, pero tampoco que nos arrasará a todos.
“En ese contexto, la ciencia que está inserta en esta etapa del desarrollo del capitalismo es una ciencia que busca resultados inmediatos, ganancias económicas en el menor tiempo posible. Aquí tenemos que cuestionar el papel de los grandes monopolios trasnacionales agrobiotecnológicos, como Bayer-Monsanto, Syngenta y Dupont, fabricantes de organismos genéticamente modificados para la alimentación, porque, incluso en sus discursos, no se plantean lograr satisfactores a futuro para la sociedad; para ellos eso es tardar mucho.
“No les importa la salud de las personas o las afectaciones a los ecosistemas. Les importa que hoy y sólo hoy consigan ganancias, lo cual lleva a un extremo insoportable para la humanidad y el planeta, esa lógica pragmática presente en la visión del mundo capitalista.”
Por eso, continúa, “se trata de proponer otro tipo de ciencia, más totalizadora, más holística, donde se considere el conjunto de factores que interactúan desde la escala genética y ecosistémica, y todo ello saber insertarlo en una realidad cultural socioeconómica.
“Si no se reconstruye una ciencia para que sea de las totalidades, seguiremos víctimas de la inmediatez y el pragmatismo propio de esa ciencia reduccionista, tan adaptada a los intereses capitalistas contemporáneos. No es un capricho, es sólo pensar qué ciencia se requiere para sacar a la humanidad y al planeta del riesgo en el que nos estamos.”
Es por ello, concluye, que los autores de los textos que conforman el libro confían “en contribuir a de-nunciar el mito de las bondades de la producción y comercialización de los alimentos transgénicos como uno de los grandes fraudes seudocientíficos de los últimos tiempos, así como las maniobras de la industria de los alimentos transgénicos, la ciencia y la tecnología que están a su servicio”.
Proceso a los alimentos transgénicos se presenta a distancia hoy a las 17 horas en la página de Facebook de la Editorial Itaca (www.facebook.com/itaca.editorial.1). Participan Adolfo Olea, Verónica Villa y el compilador.